Con motivo del centenario de la Universidad Nacional Autónoma de México se han revelado una serie de reflexiones y opiniones. Queda claro que la educación con buena calidad es un bien necesario para las sociedades actuales:
La educación es la mejor política social y económica, sin ella las sociedades no responderán a sus desafíos, aseguró Ángel Gabilondo Pujol, filósofo español galardonado con el doctorado honoris causa de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Indicó que la formación académica es el mejor elemento de igualdad y equidad social, de ahí la importancia de ponerla en el centro de la economía. El también ministro de Educación de España sostuvo que en épocas de crisis se debe apostar por la formación. Es cierto que se trata de una inversión cara, pero no hacerlo resulta carísimo. Prueben con la ignorancia y verán lo que es costoso.
Bueno, la sociedad mexicana sigue probando con la ignorancia, ya que simplemente no aprovechamos los nuevos mecanismos para aprender y aplicar lo aprendido en nuestra vida diaria. Los legisladores, con los consabidos discursos, prometen más inversión en la educación superior:
Los principales líderes parlamentarios en el Congreso de la Unión se comprometieron a fortalecer el gasto destinado a las universidades públicas y hasta delinearon la posibilidad de conceder autonomía presupuestal a la UNAM. Al conmemorar en sesión solemne los 100 años de la máxima casa de estudios, el presidente del Senado, Manlio Fabio Beltrones, convocó a una profunda reflexión crítica “que nos haga nuevamente invertir más en escuelas, en educación, en lugar de presupuestar tanto en policías”. “Nada debemos regatear a la Universidad Nacional; no hay de otra más que el financiamiento público suficiente y transparente para la docencia y la investigación de primer nivel”.
No todo es auriazul en la UNAM, existen graves problemas que se tienen que resolver. También la comunidad científica y académica es un reflejo de la sociedad mexicana: con un gustillo por el autoritarismo, la prepotencia, el influyentismo, el cacicazgo, la abulia científica, y el machismo:
Ante representantes del cuerpo diplomático acreditado en nuestro país, rectores de universidades estatales y del extranjero, así como Noam Chomsky, Mario Vargas Llosa y José Emilio Pacheco, de entre 13 galardonados como ella, la investigadora afirmó que en medio de los festejos por el centenario de la creación de la UNAM, también debe ser momento para plantear los “grandes problemas que aquejan a nuestra institución”. Linda Manzanilla, es miembro de El Colegio Nacional, y en su intervención acusó que las comunidades se encuentran “fisionadas por intereses políticos de personas que no han entendido que entre las fortalezas primordiales está la diversidad de pensamientos, opiniones y ópticas. La transgresión de los vaivenes políticos de México en el ámbito de la Universidad han socavado la armonía, y esto es producto del afán de personas mediocres y rapaces por minar la fuerza de las colectividades pensantes”. Reveló que al interior de las escuelas, facultades e institutos existe un “abatimiento de líderes académicos a través del hostigamiento laboral y personal, así como la violación de su privacía, que no debe callarse”, y enumeró acciones como el robo de identidad, apertura de correspondencia, violación del correo electrónico, boicot y plagio de investigaciones. Dijo también haber “vivido en carne propia lo que denunció para que ningún otro investigador o profesor lo viva más”.
Se publica una entrevista con un ex-rector de la UNAM:
Entrevista Juan Ramón de la Fuente
¿Qué tan grave es el rezago educativo en México?
Creo que en buena parte el rezago de México se explica por nuestro rezago educativo. Lo mismo que la desigualdad. Ha sido uno de nuestros graves errores. Si realmente queremos formar parte de la nueva dinámica mundial, de la sociedad del conocimiento, de la economía del conocimiento, tendríamos que invertir en una política educativa mucho más agresiva en comparación con la que hemos tenido hasta ahora.
¿Hay alguna fórmula para insertar a México en esa sociedad del conocimiento?
Cada vez queda más claro que la competitividad, la capacidad de innovación, el ingreso per cápita de cada país, guarda una relación muy directa con su respectivo sistema educativo. Los datos duros muestran contundentemente que hay una relación directa entre desarrollo, sociedad del conocimiento y educación.
La sociedad del conocimiento puede definirse como una sociedad en donde hay capacidad continua para generar nuevos conocimientos, transformarlos y transmitirlos. Capacidad para mantener innovación, es decir, investigación para generar nuevos conocimientos, innovación para utilizar esos conocimientos y aplicarlos al aparato productivo, generación de bienes y servicios con un valor agregado que es fundamentalmente tecnológico.
México pareciera no haber tomado conciencia del camino necesario para aproximarse a esa aspiración.
¿Dónde cometimos el error más grave?
Entre tantas ideas habríamos de asumir que las comunidades más adelantadas han logrado que, al menos, 70% de su población cuente con estudios profesionales. En el país apenas 20% logra acceder a la educación superior.
Y además estamos padeciendo una grave fuga de cerebros.
Lamentablemente a poca gente en México le interesa este tema. Y sin embargo es peor la pérdida de recursos humanos que la fuga de capitales. Desafortunadamente no conozco un solo programa serio de repatriación de estos jóvenes mexicanos que tienen ya una formación muy sólida en el campo de las ciencias y que terminan trabajando en otros países, señaladamente en el país vecino del norte. Hay ahí una fuerza vital muy importante.
Falta de aspiración es el principal problema; en los últimos 40 años el resto de Latinoamérica y otros países en vías de desarrollo nos han rebasado por la izquierda y por la derecha. Mientras tanto, seguimos atados al fútbol, las comedias del 2 y los comerciales de los partidos políticos.
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