martes, octubre 19, 2010

cierre de turnos vespertinos en escuelas secundarias del D.F:

Responder a los problemas inmediatos, como es uso y costumbre de los gobiernos mexicanos, genera muchos problemas en el largo plazo. Uno de ellos, ha sido el crear un sistema único y estándar de educación básica. Este sistema está siempre pensado en ofrecer servicios educativos a estudiantes urbanos, que tienen una familia nuclear, en donde el padre es el único que trabaja y gana lo suficiente para vivir (cualquier fantasía de la american way of life es pura coincidencia). La realidad es otra:


En México más de 572 mil adolescentes de 12 a 14 años no cursan su secundaria. De ellos, 40 mil no estudian ni trabajan, mientras que otros 389 mil laboran más de 20 horas a la semana, revela el informe El derecho a la educación en México, elaborado por el Instituto Nacional para la Evaluación Educativa (INEE). En el análisis, se destaca que entre los jóvenes de 15 a 17 años, 2.3 millones no asisten al bachillerato. De éstos, 80 mil tampoco están incorporados al sistema educativo ni realizan alguna actividad económica remunerada. Además, estima que 83.9 por ciento, es decir, 1.9 millones, labora más de 20 horas a la semana en actividades domésticas, y extra domésticas, como acomodar coches o vender dulces en la calle.

Esta idea ilusa de que las escuelas secundarias son para estudiantes con la vida resuelta, ha impulsado el cierre de los turnos vespertinos en las secundarias del D.F. El problema consiste en que no se ofrecen alternativas a jóvenes que viven en situaciones precarias:

Ante el cierre gradual de turnos vespertinos en escuelas de nivel básico del Distrito Federal, profesores y padres de familia se manifestaron en contra de la clausura de este turno en la primaria Batallón de San Blas, que se ubica la Calle Alumino, en Venustiano Carranza, el cual, señalaron, afectará a más de la mitad de los alumnos que corren el riesgo de abandonar sus estudios, ya que la población que asiste es de alta marginación social, de origen indígena y en situación de calle. Los inconformes, indicaron que la primaria educa a niños de familias damnificadas por el terremoto de 1985, quienes viven hacinados en un campamento localizado a menos de 50 metros de distancia del centro educativo, así como a hijos de trabajadores del rastro que se localiza en avenida Canal del Norte. Atendemos un promedio de 95 alumnos de más de 60 familias de muy escasos recursos y de una alta marginación social. Muchos de nuestros niños no tienen padres y viven con las abuelitas en el campamento que tenemos a media cuadra y, debido a su situación económica, por las mañana tienen que trabajar en el mercado del rastro o en los puestos ambulantes de la zona. Muchas niñas, por ejemplo, señalaron, venden café con leche, pan o tortas a partir de las cuatro de la mañana hasta la una de la tarde, por lo que se les imposibilita estudiar en el turno matutino. Por su parte, Mario Luis, de 11 años, dijo que todos los días se levanta a las cinco de la mañana para laborar en un puesto ambulante de verdura y por las tardes estudia el sexto grado de primaria en la escuela Batallón de San Blas. Trabajo para ayudarle a mi mamá y cuando termino me vengo a estudiar y así desaburrirme de la chamba.

Los profesores del CNTE tratan de impedir el cierre de estos turnos:

Profesores disidentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) llegaron a un acuerdo inicial con la Secretaría de Educación Pública (SEP) a fin de impedir el cierre del turno vespertino en 28 de 32 planteles de secundaria. También se acordó que siete de las 34 escuelas secundarias donde se intentó cerrar el turno vespertino, no reabrirán el primer año de secundaria en este ciclo escolar, pero sí podrán participar en el proceso de preinscripción de febrero próximo. Mario Leyva, integrante de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), aseguró que el compromiso de las autoridades es que no se va a cerrar un solo turno vespertino, además de que se va a continuar la negociación sobre la compactación de grupos a partir de la próxima semana.

Falta de previsión a largo plazo, sistema estándar que tiene una idea ilusa de estudiante mexicano, cambios demográficos profundos en las ciudades mexicanas... un cóctel para la baja calidad educativa.



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