sábado, junio 08, 2013

los museos mexicanos ante el cambio del siglo XXI

Todas las instituciones creadas antes de finales del siglo XXI tienen el reto de ajustarse a los cambios de las sociedades actuales y especialmente a generaciones de niños y jóvenes que pueden informarse a un click de distancia. El avance de la digitalización puede hacer que la visita al museo, se convierta en pieza de museo. El mantener creencias del siglo XX puede hacer que ya no exista interés en asistir a los museos:

Adecuarse a las nuevas tecnologías, enriquecer sus acervos y crear nuevos públicos, son los retos que enfrentan los museos en México, aseguraron Rodolfo Rodríguez Castañeda y Walther Boelsterly. Los directores de los museos Nacional de Culturas Populares (MNCP) y de Arte Popular (MAP) coincidieron en que es necesario que en la segunda década del siglo XXI los espacios museísticos se adapten a la era digital. Para Boelsterly ha habido una falta de retroalimentación por parte del público hacia estos "templos del saber". "Por lo tanto, no tenemos muchas de las veces la respuesta que deberíamos estar pensando. Nosotros (MAP), que somos un museo chico, no podemos pretender muchas otras cosas, pero otros como el Nacional de Antropología e Historia, que tiene una visita de millón y medio de personas al año, no es nada cuando hablamos de una ciudad tan poblada como la de México en comparación con varios museos. Y es que para Boelsterly estos recintos "sagrados" no han tenido la capacidad para encontrar un lenguaje común entre público y el propio museo; por lo que propuso que este presente ese lenguaje que comunique a la gente para que se anime a ingresar y apreciar una gran oferta cultural.

Y la transformación de los museos todavía produce perplejidad a autoridades y expertos en el tema:

Hace tiempo que el museo dejó de ser sólo un sitio de exposición para convertirse en un espacio educativo multidisciplinario que ofrece herramientas para el entendimiento del arte a partir de técnicas o programas que no se limitan a la obra colgada en el muro blanco. Muna Cann Cagigas, Margarita Jiménez y Darío González, especialistas sobre el tema, afirman que se necesita apoyar en la formación de públicos, a fin de que tengan conocimientos básicos para la comprensión del contenido museístico; es acortar el puente de comunicación entre las exposiciones y sus espectadores. Cann Cagigas indica que la mayoría de los museos del país ofrecen un programa paralelo de actividades educativas, desde talleres básicos y recorridos por el recinto hasta la introducción a temas estéticos para público poco relacionado con el arte. En San Carlos, por ejemplo, se trabaja bajo el concepto de “curaduría educativa”, que refiere a crear estrategias puntuales que complementen la exposición temporal; además de las tradicionales visitas escolares y talleres infantiles. Un sistema similar se realiza en la mayoría de los museos, como el Franz Mayer, Dolores Olmedo, Nacional de Antropología, Tamayo Arte Contemporáneo y Nacional de Arte. Este último incluso desarrolló un sitio web para apoyar a los maestros de educación básica en la enseñanza del arte. En el MUAC el propósito es desarrollar proyectos independientes a la programación de exposiciones. A ello respondió la primera edición del programa El MUAC en tu casa, que consistió en prestar a estudiantes de preparatoria una pieza del acervo del museo para exhibirla en su casa; la serie de seminarios académicos del programa Campus expandido, que propone acercamientos a la teoría del arte, o la invitación de tener jóvenes ofreciendo recorridos por el recinto.

En la revolución francesa, se crearon museos para mostrar cómo vivian los aristócratas de ese entonces. ¿No deberíamos impulsar un programa para hacer museos de todas las propiedades, ropa y menesteres que coleccionan los gobernantes mexicanos? Quizá este programa tendría millones de personas para asistir a tales lugares. Que tal una exposición llamada: los 400 zapatos del ex-gobernador con descripciones detalladas de cuando uso cada uno de los pares, en qué lugar y con quién. Nos sorprenderíamos de las respuestas.





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