Con el afán de marcar una "nueva era" (como uso y costumbre del viejo régimen) se plantean cambios al sistema escolar. Estos cambios se buscan poner en marcha con el estilo característico de la vieja guardia de la SEP. A partir de ciclo escolar 2013-2014, la Secretaría de Educación Pública (SEP) impulsará más de 200 acciones administrativas, programas, lineamientos, proyectos y tareas que deberán cumplir maestros, directores, supervisores y personal de apoyo para establecer una nueva normalidad mínima en las escuelas de educación básica:
A fin de colocar los cimientos de una nueva escuela que permita abatir el rezago educativo, la deserción escolar y establecer condiciones mínimas de normalidad escolar, la Secretaría de Educación Pública (SEP) impulsa la elaboración de un plan de mejora escolar que, plantel por plantel, determine las condiciones sociales y físicas que enfrentan los centros educativos, pero también que se registren y examinen las actividades que se realizan dentro y fuera del aula. Se recomienda elaborar un diagnóstico de las condiciones materiales, sociales y educativas, y determinar acciones para garantizar la calidad. De esta forma tendrán que determinar el tiempo que se consagra a fortalecer la lectura, escritura y los desafíos matemáticos de los alumnos, considerados por la dependencia como los aprendizajes fundamentales. Entre las tareas que deberán realizar los consejos, en los que participarán de forma colegiada director y docentes, se incluye registrar a qué hora inician y terminan las clases, el tiempo destinado a la formación y el ingreso a los salones, el pase de lista, la revisión de tareas, e incluso el recreo, el cual se recomienda que no exceda la duración prevista. Para crear lo que la SEP ha denominado ruta de mejora para y desde la escuela, advierte que sin el cumplimiento de los ocho rasgos que determinan la normalidad escolar mínima –cumplimiento de los 200 días de clase del calendario escolar, presencia de maestros en todos los grupos, inicio puntual de actividades, tiempo dedicado a actividades de aprendizaje, entre otros– Del supervisor escolar dice que contará con un nuevo marco normativo de actuación y que tendrá que verificar que se lleve a cabo al igual que el consejo. Además de recomendar reducir o eliminar el tiempo para organizar a alumnado en su ingreso al aula, alienta a eliminar cargas administrativas al docente, y al mismo tiempo considera entre sus responsabilidades involucrar a padres, autoridades locales y estatales, organismos de la sociedad civil e instituciones diversas en la construcción de una nueva escuela.
La forma en cómo se plantean estas nuevas normas (que en realidad datan del siglo XIX pero que nunca se han seguido) no es del agrado de algunos especialistas:
Especialistas e investigadores advierten del riesgo de convertir la escuela pública en una línea de producción al estilo Toyota, con esquemas mecanizados en los que se siguen tiempos y estándares de calidad.
Los maestros, aseguraron, enfrentan un escenario de incertidumbre y enojo, porque se están dando las condiciones para verlos como el enemigo, no como profesionales de la educación.
Etelvina Sandoval y Marcelino Guerra, expertos de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), y Juan Manuel Rendón, ex rector de la Benemérita Escuela Nacional de Maestros (BNEM), advirtieron que “se colocó una enorme espada de Damocles sobre la cabeza de cientos de miles de profesores que regresan este lunes a las aulas con preocupación."
Por otra parte, como dice la canción "de reversa mami.... de reversa mami.." regresan las calificaciones y los reprobados al sistema escolar:
A partir del próximo ciclo escolar 2013-2014, la Secretaría de Educación Pública (SEP) aplicará un nuevo modelo para evaluar a los alumnos de educación básica, que implica desaparecer la boleta o cartilla de evalución para sustituirla por un reporte en el que se asignarán calificaciones numéricas de cinco a 10.
Hasta el pasado ciclo escolar se estableció una boleta que incluía calificaciones con letras A, B, C y D, aplicado en casi 7 mil escuelas desde el ciclo 2011-2012. Bajo las nuevas normas para la evaluación, acreditación, promoción y certificación de la educación básica se deberá detectar a aquellos alumnos en riesgo de deserción, reprobación o que requieran de apoyo fuera del horario escolar, para reforzar sus conocimientos en lectura, escritura y matemáticas.
En cuanto a la acreditación de un nivel educativo, se establece que en preescolar será cualitativa, y se obtendrá por el sólo hecho de haberlo cursado. Lo mismo ocurrirá con los alumnos del primer grado de primaria.
Estos cambios, para variar, no son novedosos, solo cambian la burocracia y el formato:
La nueva norma de evaluación y acreditación con que la Secretaría de Educación Pública (SEP) pretende determinar los conocimientos de los alumnos de primaria y secundaria tiene más continuidad que una verdadera ruptura con el modelo impulsado por las administraciones federales pasadas, consideraron maestros y directores.
Y finalmente, los estudiantes tendrán sus flamantes libros de texto con algunos cientos de errores:
Más allá de la falta de una letra, de poner un acento de modo incorrecto o de cambiar una “c” por una “s”, los errores ortográficos e imprecisiones en los 233 millones de libros de texto gratuitos que distribuyó la SEP revelan las deficiencias formativas que tenían los funcionarios medios y altos de esa secretaría.
Expertos en diseño de contenido y edición de libros, así como ex funcionarios de la misma SEP coincidieron en que las fallas ortográficas demuestran la ligereza e incapacidad que tuvieron los directivos de la administración pasada.
“No fue un simple error de ortografía, más allá de eso, lo que se esconde detrás de los errores en los libros es la ligereza con la que tomaron su responsabilidad y para con la educación de México”, aseveró Lorenzo Gómez Morín, ex subsecretario de Educación Básica y profesor investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
En ello coincidió la especialista en textos de educación y actualización para docentes, Eleonora Achugar, quien señaló que si la misma SEP elaboró esos libros con errores eso revela la pobre calidad educativa que se enseña en México.
“Si el propio organismo supervisor de la educación del país no pudo detectar esos errores, eso demuestra la crisis educativa en México”.
¿Estos cambios mejorarán los resultados obtenidos hasta ahora? ¿Seguiremos en el sótano de la OCDE? ¿Los estudiantes mexicanos por fin comprenderán lo que leen y pondrán por escrito sus ideas de forma clara? O quizá, los cambios solo son cambios burocráticos que nos llevará al mismo resultados que siempre (cualquier parecido con la selección de fútbol de México es pura coincidencia).
1 comentario:
soy profesor de una escuela y pues aquí en mi school los maestros se preocupan mucho y la verdad no hacen nada por mejorar las cosas solo se la pasan platicando llegando tarde y en el recreo hasta 45 minutos o mas se avientan platicando y no se diga en la quincena se van a cobrar y se tardan las mil pues se van a desayunar como ven.
que se puede hacer...
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