sábado, abril 26, 2014

la robótica y la automatización cambiarán el sector laboral; México no está preparado para la siguiente revolución cultural

Hay dos líneas de avance tecnológico que revolucionará el sector laboral y el trabajo como se conocía en el siglo XX cambiará de manera radical. El uso intensivo de robots y la automatización desplazarán a muchos empleados actuales. Muchas tareas del trabajo humano serán realizadas por programas de software y computadoras:

Bill Gates, prevé grandes cambios en el mercado laboral dentro de los próximos 20 años. Para el empresario, miles de empleos serán reemplazados por software de automatización o robots. "Creo que las personas no tienen en mente que la tecnología reducirá la demanda de empleos de manera considerable... la substitución con software está progresando". Gates no es el único que augura un futuro así, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Oxford, dentro de las próximas décadas veremos como oficios como taxistas o quienes evaluan darte un crédito serán reemplazados por software de automatización.

Mientras tanto, México no puede desarrollarse económicamente, ni hay avance en la construcción de una sociedad basada en la información y el conocimiento. Cada mes que pasa, el país queda rezagado y el desarrollo económico sigue basado en la venta de materias primas y la maquila; actividades que no generarán en el siglo XXI una economía sólida:

El INEGI dio a conocer las cifras al cuarto trimestre del 2013 del Índice Global de Productividad Laboral, estimado con base en horas trabajadas. Los resultados son bastante malos. Respecto del cuarto trimestre del 2012, el índice de productividad agregada cayó en 1.8%, mientras que por sectores, en el primario se incrementó en 0.7%, en el secundario disminuyó en 4.3% y, finalmente, en el sector terciario, el índice se redujo en 1.2 por ciento. La empresa de consultoría McKinsey, en un estudio titulado “A tale of two Mexicos: Growth and prosperity in a two-speed economy”, presenta que la tasa promedio anual de crecimiento del valor agregado por trabajador empleado, entre 1999 y el 2009, cayó en las empresas con 10 o menos empleados en 6.5%; aumentó en 1% en las empresas con entre 11 y 500 empleados y, para las empresas con más de 500 empleados, se incrementó en promedio 5.8 por ciento. El muy magro crecimiento que la economía mexicana ha experimentado durante las últimas tres décadas, con el PIB por habitante prácticamente estancado. Es claro que el arreglo institucional de la actividad empresarial en México está muy lejano del óptimo, uno que permita el crecimiento de las empresas y uno que incentive la adopción de tecnologías más modernas de producción. De acuerdo con el Censo Económico 2009, 94.7% de las empresas en nuestro país tenía 10 o menos empleados, aportando únicamente 2.3% del total de remuneraciones pagadas, mientras que las empresas con más de 100 trabajadores representaron 0.4% del total, pero las remuneraciones pagadas a sus trabajadores representaron 66.1% del total. La mayor parte de los establecimientos en México opera en la ilegalidad, eufemísticamente llamados informales. Las principales características de estas empresas son: muy pocos empleados (menos de 10), para evitar ser fiscalizadas, principalmente por el IMSS; operan con tecnología obsoleta, y nunca logran generar, por su mismo tamaño, economías a escala. El resultado es, obviamente, una muy baja productividad y prácticamente nada de aportación al valor agregado de la economía y al crecimiento. Que casi 95% de las empresas de este país sea así explica por qué la productividad factorial total simplemente no aumenta.

Uno de los problemas crónicos de la economía mexicana consiste en que no existe un sistema educativo de buena calidad:

El bajo nivel educativo que tuvo México en el pasado es una de las causas por las que su economía se mantuvo estancada por más de 10 años, señaló Paul Krugman, premio Nobel de Economía 2008. El economista  afirma que “Por sí mismo, México tiene diversas economías, y los de la franja norte son quienes tienen un mayor poder adquisitivo". Recomendó que se imparta una educación superior en las zonas más vulnerables, que se encuentran hacia el sur y sureste de México. “El punto es que México no es una sola economía, por ejemplo, la zona norte es de altos ingresos y hay una parte del país muy atrasada con educación básica y, la educación superior es crítica, necesita estar en todos lados”. Esta situación hace de México una nación dependiente de los bajos salarios en la búsqueda de ser competitivo. Durante los años 80, recordó, el país superaba a Corea del Sur en riqueza económica, sin embargo, la nación asiática comenzó a invertir grandes cantidades de dinero en educación, logrando desbancar a México. "Corea del Sur le hace reverencia a la educación, se preocupó más por adquirir destrezas, no prestigio y ni renombre. Corea del Sur es una economía donde las perspectivas con las políticas actuales son razonablemente buenas, en donde la educación es el núcleo de todo”. “En México se puede mejorar la educación y aprovechar los cambios en el comercio mundial, para finalmente lograr ser la economía que siempre hemos querido ver todos estos años”.

Las ideas virreinales de la sociedad mexicana, de los empresarios y gobiernos siguen vigentes, todo se plantea bajo la idea de tener una economía extractiva que se basa en políticas extractivas que solo benefician a pequeños grupos. Una economía que solo piensa en mano de obra barata (que pronto será sustituida por software) no puede generar suficiente riqueza para crear una sociedad sustentable. Para colmo las reformas laborales impulsadas por los gobiernos mexicanos simplemente funcionan para abaratar todavía más la mano de obra, no para la creación de puestos laborales con buenos sueldos y prestaciones sociales:

Al cierre de 2013 el 61 por ciento de la población económicamente activa (PEA) se ubicó en el sector informal del empleo y sus ganancias oscilaron de 63 a 315 pesos al día, de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Datos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), muestran que al tercer trimestre de 2013, el ingreso promedio mensual de los profesionales en México fue de 346 pesos diarios (10 mil 366 pesos al mes). Esto representa menos de lo que un lavacoches gana al mes (13 mil 500 pesos) o lo que gana incluso una vendedora de verduras en la calle (15 mil pesos). “En los últimos cinco años se ha reducido el costo del trabajo formal en un 10 por ciento, es más barato todavía para las empresas, si tomamos en cuenta que la reforma laboral que se aprobó a finales del sexenio pasado, tenía justo la intención de flexibilizar aún más el pago a los trabajadores tanto en cantidad como en horario, entonces se vuelve cada vez menos atractivo entrar a las filas de una empresa”, explicó Omar Jiménez Sandoval, profesor del Centro de Investigación en Economía y Negocios del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México. Agregó que uno de los criterios para inhibir la informalidad es que la PEA pueda acceder a trabajos con un contrato formal que les pueda dar prestaciones básicas de ley pero sobre todo con salarios justos.

Una economía que fortalece la mano de obra barata y el trabajo informal no fortalece la creación de investigadores, ni técnicos que puedan resolver los problemas de la sociedad del siglo XXI. Se desperdicia el talento humano, ya que nuestra economía favorece las espaldas, las manos, las piernas, los ojos, pero no la mente, ni las ideas, ni la creatividad:

Falta de empleo, inversión insuficiente en innovación y tecnología, y la falta de una cultura científica en la sociedad, propician que en México exista un número muy escaso de jóvenes científicos, reconocieron investigadores eméritos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav). Se señala que las nuevas generaciones son muy talentosas, pero hay pocas oportunidades de inserción laboral para quienes optaron por una carrera científica. Lo que está fallando son los espacios y las plazas para los doctores e investigadores que formamos. Ese es el mayor cuello de botella. Eso desalienta que se encaminen a la investigación científica. Tengo alumnos que han concluido su posgrado y no tienen empleo, y muchos se van a trabajar fuera del país, aseguró Lourival Possani Postay, investigador emérito del Instituto de Biotecnología de la UNAM. Si queremos descubrir cosas nuevas, generar conocimientos que más tarde puedan ser susceptibles de generar patentes e innovaciones tecnológicas debe haber más recursos para la ciencia básica. Arcadio Poveda Ricalde, destacado astrónomo mexicano y maestro de varias generaciones de científicos, afirmó que nuestros jóvenes tienen talento, pero son pocos, y lo son porque hay un problema de cultura general. No hay la convicción suficiente en la sociedad mexicana de la importancia de la ciencia.

Una economía que favorece vender en puestos callejeros, no puede aspirar a que el trabajo profesional sea un motor para el desarrollo y la innovación:

Uno de los principales problemas en las instituciones nacionales de educación superior es la falta de oportunidades para que los jóvenes puedan incorporarse a la docencia y a la investigación. Esto ha ocasionado que de los 3 mil estudiantes de doctorado que anualmente se gradúan en México, sólo una tercera parte obtenga un empleo; además, el promedio de edad del profesorado a escala nacional es cada vez más alto. La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a finales de 2012 emprendió el Programa de Renovación de la Planta Académica (Prorepa), basado en dos subprogramas: uno para el retiro voluntario de profesores e investigadores mayores de 70 años y otro para la incorporación de jóvenes (con estudios de maestría o doctorado) a los espacios que desocupan los profesionales que se acojan al retiro voluntario. Programas que parecen no resolverán los problemas de la generación de conocimiento que se necesita.

Las tasas de desempleo en México muestran el desinterés de la sociedad mexicana de aprovechar el talento de los jóvenes egresados de las universidades, los empresarios mexicanos siguen los viejos preceptos virreinales de importar conocimiento y de contratar personas que aceptan salarios miserables:

Las tasas más altas de desempleo en México se encuentran entre los jóvenes con los niveles educativos más altos, aseguró Edgar Suárez, jefe de la Oficina de Egresados de la Rectoría General de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). Precisó que cada año 430 mil egresados del Sistema de Educación Superior buscan integrarse al mercado laboral, por lo que el segmento de estos jóvenes profesionales es de 14.5 por ciento, en tanto que la tasa general es de 5.1 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA). Suárez Sánchez refirió que sólo 5 de cada 10 egresados de las universidades mexicanas consiguen un empleo al concluir sus estudios. Indicó que encuestas realizadas a empresarios, directivos y ejecutivos de alto nivel en grandes y medianas empresas mexicanas, para identificar las cualidades que más aprecian y los errores más comunes en los recién egresados que inician su vida laboral, se observó que si bien el conocimiento técnico es importante, "todos los solicitantes lo cumplen en mayor o menor grado, y la competencia por el puesto de trabajo pasa a otro nivel", como la capacidad de trabajo en equipo, conocimiento técnico y deseo de superación, ser creativo y con iniciativa. En este sentido, Pedro Borda, director general de la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos (AMEDIRH) comentó que sólo 3 de cada 10 estudiantes concluyen su formación con las competencias que los reclutadores de personal están demandando en la actualidad, por lo que hizo un llamado a las universidades e institutos a escuchar qué es lo que se está demandando.

La Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior advirtió que alrededor de 305 mil egresados de universidades en el país enfrentarán un escenario de desempleo durante esta década si la economía no aumenta su nivel de crecimiento. La ANUIES señala que alrededor de 40 por ciento de los universitarios está desempleado o le cuesta mucho encontrar un trabajo. El su informe "Mercado laboral de profesionistas en México: diagnóstico 2000-2009 y prospectiva (2012-2015)" refiere que los trabajos con actividades altamente profesionalizadas bajaron de 69 a 61 puntos porcentuales, mientras que los empleos de mediana y nula calidad subieron de 19 a 24 puntos, y de 12 a 16, respectivamente. Si se analiza esta situación respecto a lo que sucedía hace una década, se observa un deterioro en el perfil de las ocupaciones desempeñadas, abunda la ANUIES. Exalta que tan solo en la década pasada se incrementó en 2.8 millones el número de profesionistas en México, pero al menos 16 por ciento se mantuvo inactivo. La tasa de desempleo en este sector creció de 2.3 a 5.1 por ciento, con una media de 260 mil nuevos graduados en busca de trabajo, según cifras de la Asociación. Debido a que existen más egresados que puestos formales, en el 2020 la cifra de profesionistas desempleados podría rebasar los 3 millones. A través del estudio: "Educación, Mercado de Trabajo, Satisfacción Laboral", publicado por un órgano de difusión de la ANUIES, se señala que las empresas aprovechan la situación para contratar al personal más calificado, ofreciéndoles un menor salario.

El Instituto Mexicano de la Juventud (Inmjuve) informó a la Cámara de Diputados que el 56 por ciento de los profesionistas desempleados tiene menos de 30 años de edad, por lo que su prioridad es atender a ese sector vulnerable. Señala que de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), existen 36.2 millones de jóvenes en el país, la tercera parte de la población del país, pero han sido olvidados en muchos aspectos al carecer de oportunidades reales de trabajo digno y bien remunerado, refiere el documento.

Esto ocurre en toda América Latina:

El nivel educativo de los jóvenes de América Latina y el Caribe se incrementó en las últimas tres décadas, pero su situación laboral se deterioró por el surgimiento o endurecimiento de barreras de entrada al sector formal, advierte un análisis publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), sobre la transición de la escuela al trabajo, entre la población de 15 a 24 años de edad. La tasa de desempleo juvenil de la región creció al doble entre 1980 e inicios de la década pasada, y si bien hubo cierta mejora entre 2005 y 2010, el desempleo y la informalidad entre la población joven se mantuvieron en niveles muy elevados, señala. Al comparar diez naciones de la región (México, Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Venezuela, Costa Rica, El Salvador, Honduras y Panamá) de los que hay datos disponibles sobre el empleo juvenil, se señala que en siete, incluido México,el desempleo de los jóvenes duplicó con creces el total nacional, al representar entre 37 y 54 por ciento del total de desempleados.

La educación obtenida en el sistema escolar mexicano no ayuda para obtener trabajo:

Salarios bajos, tener pocas o ninguna prestación social, no contar con experiencia o la escolaridad necesaria, son algunos de los principales factores que dificultan la inserción laboral de la población que concluyó sus estudios de bachillerato en México. Según los resultados de la Encuesta Nacional de Inserción Laboral de los Egresados de Educación Media Superior 2012, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en acuerdo con la Secretaría de Educación Pública (SEP), entre las personas de 18 a 20 años que cursaron este nivel educativo, 62.9 por ciento consideran que su escuela tenía escaso o nulo vínculo con el sector productivo. Por lo que respecta al nivel de estudios requerido en su primer empleo, se detectó que hay poca presencia de formalidad, pues en casi cinco de cada 10 casos predominó la opción de ningún nivel de escolaridad y a sólo un 35 por ciento le solicitaron haber cursado la educación media superior. Si bien para más de nueve de cada 10 egresados, tanto del subsistema de bachillerato general como tecnológico, sus estudios son pertinentes para continuar con su formación universitaria o buscar empleo, al menos 399 mil 551 consideraron que la utilidad en su empleo de las habilidades adquiridas en la educación media superior fue regular o poca, mientras que 255 mil aseguraron que no les sirvieron.

Y las reformas laborales impulsadas por el gobierno federal simplemente funcionan como la gasolina cuando hay un incendio... fomentan la mano de obra hiperbarata y la desaparición de empresas:

De acuerdo con el estudio de Perspectivas de la Alta Dirección en México 2014 de KPMG se reporta que 97% de los encuestados considera que la reforma fiscal no cumplió sus expectativas. “Lo que finalmente dicen los empresarios es que esta reforma no está ayudando a la competitividad (...)". En cuanto a la reforma laboral, mencionó que 88% respondió que ésta no ha beneficiado la competitividad, aunque la cifra es mayor a la obtenida en el estudio realizado el año pasado.

En los últimos 15 años, la esperanza de vida de las empresas de menor tamaño o reciente creación se redujo 20 por ciento, advirtió Juan Pablo Castañón Castañón, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex). Señaló que no se ha podido revertir la tendencia de mortandad de las nuevas empresas y de cada 10 empresas que se crean en el país cada año, siete mueren en un periodo de cinco años, una subsiste de ocho a 10 años y sólo dos permanecen en el mercado. Pero de esos dos negocios que sobreviven, difícilmente transitan del estatus de pequeñas a medianas o de medianas a grandes, situación que es preocupante porque son grandes generadoras de empleos en el país; tan sólo las pequeñas empresas, que representan 95 por ciento de los negocios, tienen entre 1 y 10 empleados.

Las empresas mexicanas son informales:

De los dos millones 121 mil 846 empleadores que reporta el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), existen en el país sólo 844 mil 423 registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), lo que significa que seis de cada diez patrones en el país son informales. José Luis de la Cruz Gallegos, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico (IDIC), consideró que esta cifra es muestra de que la creación de empresas formales en México se ha detenido. “Lo que prevalece es el incremento de unidades de actividad económica que si bien en el corto plazo dotan de recursos a la población ocupada en ellas, en realidad no otorgan todas las prestaciones sociales”.

El Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señala también que la reforma a la Ley Federal del Trabajo no ha tenido el efecto “detonante” en el empleo que las autoridades habían prometido.“Ha sido un fracaso” y su puesta en marcha sólo ha repercutido en la flexibilización de la fuerza de trabajo y la pérdida de derechos laborales; además, la mayoría de los empleos creados fueron informales, afirmó el organismo. Para los investigadores del CAM, entre ellos Luis Lozano Arredondo, esa reforma solo vino a legitimar formas de sobreexplotación laboral en las cuales ya incurrían varias empresas, con los contratos a prueba y a capacitación, que permitían despedir e inmediatamente recontratar a un trabajador y de esta manera asegurarse de que no pudiera acumular antigüedad.

Y ¿Tu familia está ganando más? ¿Qué promesas se han cumplido por parte de tu gobernante favorito? ¿Estás preparado para cuando un software te sustituya en tu trabajo?



No hay comentarios: