Mientras el Instituto Politécnico Nacional (IPN) se acerca al Sr. Felipe de Jesús Calderón para conseguir financiamiento, grupos de estudiantes iniciaron una serie de protestas en contra del nuevo reglamento del IPN. Según la nota periodística entre las principales molestias de los estudiantes universitarios es la nueva exigencia de que la calificación mínima aprobatoria sea 8 en lugar el tradicional 6. El movimiento estudiantil logró la derogación del reglamento.
¿Cómo resolver el dilema? Según las evaluaciones de educación superior, México tiene una muy poca eficiencia y calidad educativa en ese nivel. Por si fuera poco, también las evaluaciones de educación primaria y secundaria nos muestran que los estudiantes llegan a la universidad con muy pocas habilidades y competencias de lectura. ¿Es necesario cambiar el sistema de calificación y evaluación en las universidades? ¿Cómo evitar la inequidad de acceso a la educación superior, especialmente, de estudiantes que provienen de familias que poseen un bajo capital cultural? ¿De qué manera se puede involucrar a los jóvenes que comprometen su futuro profesional al persistir el bajo nivel de calidad educativa, que provoca una desvalorización de las profesiones universitarias, bajos salarios y condiciones deplorables de trabajo?
Sin embargo, en una cultura autoritaria como la mexicana, no resultará sencillo. Por una parte, las autoridades cuestionan el movimiento estudiantil, por el otro, los estudiantes acusan a las autoridades de engañar a la sociedad civil.
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