Al finalizar el ciclo escolar anterior, el acoso escolar fue un tema relevante en los medios de comunicación masiva. Un niño en Tamaulipas falleció por el abuso de sus compañeros y la negligencia de los maestros en una escuela. A raíz de esta desgracia, los medios de comunicación, las autoridades educativas y los políticos solicitaron que alguien pudiera hacer algo. Sin embargo, no parece haber grandes cambios en el funcionamiento tradicional de las escuelas mexicanas:
Frente a la muerte del niño Héctor Alejandro Méndez, de 12 años de edad, en Tamaulipas, quien falleció después de ser arrojado por sus compañeros de clase contra una pared, el gobierno federal aseguró que se tomarán medidas inmediatas para enfrentar el acoso escolar, un fenómeno que está presente en amplias regiones del país. Y dio a conocer que se instruyó al secretario de Educación pública, Emilio Chuayffet, para que se acelere la aplicación del programa contra el bullying. Esto demandará una mayor participación de las autoridades educativas, de los docentes y, muy particularmente, también, de los familiares, de los padres de familia que deben estar pendientes de las condiciones que viven sus hijos en cada centro educativo.
Con tres días de iniciado el nuevo ciclo escolar, y al no haber grandes cambios en el funcionamiento tradicional de las escuelas y al no conocerse que estarán haciendo los docentes para prevenir la violencia dentro de la escuela, algunos padres decidieron impedir la entrada a un estudiante acusado de ejercer el acoso escolar en contra de sus hijos:
En el DF, padres de familia de la escuela primaria José María Mata, realizan un bloqueo sobre la calle Amores, colonia Del Valle, en la delegación Benito Juárez. En el tercer día de clases del nuevo ciclo escolar, los inconformes argumentan que uno de los alumnos de quinto de primaria, identificado como “Diego”, presuntamente acosa a sus compañeros, por lo que piden sea expulsado de la escuela. Debido a que los manifestantes enfrentaron a la madre y al presunto agresor, elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) los resguardaron a bordo de una patrulla.
De manera inmediata (algo muy extraño en las escuelas mexicanas) el menor fue dado de baja y transferido a otra escuela:
El menor de nueve años que fue dado de baja de la escuela primaria José María Mata, acusado de bullying, fue transferido a la escuela Hispanoamérica de la misma zona. Autoridades de la Administración Federal de Servicios Educativos para el DF dijeron que ante las denuncias de que el niño presentaba conductas agresivas y antisociales, la Secretaría de Educación Pública lo canalizó a dicha instancia que brinda orientación, asesoría y acompañamiento a alumnos en riesgo de exclusión. Las autoridades advirtieron que la directora y los padres de familia estaban en todo su derecho de pedir el cambio del menor, ante la negativa de la madre de trasladarlo a otra escuela y confirmaron que tanto el niño como su madre ya recibían atención sicológica en la Unidad de Servicios de Apoyo a la Educación Regular (USAER). Agregaron que es responsabilidad de la madre procurar al menor otro tipo de atención sicológica para disminuir los rasgos de violencia por los que fue acusado.
Y ahora son los padres de la otra escuela los que se muestran preocupados por el ingreso del estudiante, pues solo se ha "tranferido" el problema no se ha tratado ni prevenido:
María de Lourdes Ramírez, directora de este instituto educativo, ubicado en la calle Indiana de la colonia Nápoles, dijo que autoridades de la SEP no se habían puesto en contacto con ella para informarle de la transferencia del menor a la escuela.
No sé nada, no nos ha llegado nada, el niño no está aquí adentro -¿en caso de que llegará usted lo recibiría en el plantel?- yo no tengo porque cerrarle las puertas y mucho más si viene con mi autoridad, saben que estamos trabajando a la par con ustedes cualquier situación informamos a los padres", destacó la directora de escuela primaria Hispano América.
Durante la entrada de los estudiantes a la escuela, los padres de familia expresaron su preocupación a la directora ante la posible incorporación del niño identificado como Diego. Exigieron que se les informara con claridad en caso de que llegue el menor a las instalaciones y que las autoridades educativas evalúen el estado mental del menor antes de incorporarse a clases.
El problema del acoso y violencia escolar ejercido por los estudiantes no es simple, y tampoco es un problema de personalidad. Es un asunto que tiene que revisarse con detalle, pues la violencia se ejerce contra prácticamente cualquier estudiante que se distinga por alguna característica. La diferencia no es algo bienvenido en las escuelas, ya que las escuelas han mantenido un diseño institucional que trata de erradicar las diferencias:
El niño que ejerce acoso escolar puede lastimar al inteligente, al desaliñado, al bajito, al moreno, al güero, al que se viste mejor, al presumido, al menos hábil en deportes, al flaco o al gordito.
En la elección de la víctima la intolerancia o discriminación es clave: nadie se salva, todo depende del mismo físico, color, condición social, sexo o aprovechamiento académico que tenga el alumno acosador. Lo que sea opuesto a ello, es objeto de agresión.
Siete de cada diez alumnos agresores que lastiman a un compañero lo hacen por considerarlo diferente, según estudios de Brenda Mendoza González, investigadora de la Facultad de Ciencias de la Conducta de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), quien por más de 15 años se ha dedicado a estudiar el acoso escolar entre compañeros.
Otro 65 por ciento lo hace para demostrar su poder y fuerza sobre los demás y seis de cada diez simplemente agreden porque disfrutan ver el sufrimiento del diferente.
Mientras tanto, los políticos y autoridades piden instalar buzones de denuncia y como siempre, un librito para resolver el asunto del acoso y violencia escolar.... en un país que el 65% de los estudiantes no comprenden lo que leen:
Diputados locales y federales demandaron a la Secretaría de Educación Pública (SEP) impulsar la instalación de buzones de denuncia, establezca un protocolo de actuación preventivo y elabore un cuadernillo que permita identificar los síntomas de los alumnos que son víctimas de acoso escolar (bullying). Los diputados locales Esthela Damián Peralta, Efraín Morales, Daniel Ordóñez, así como el diputado federal Carlos Augusto Morales, plantearon que la gravedad de lo ocurrido en Tamaulipas en torno al caso del estudiante de 12 años, quien falleció a consecuencia del traumatismo craneoencefálico que le provocaron cuatro compañeros tras aventarlo contra una pared en una secundaria, obliga a adoptar acciones urgentes.
Aseguraron que con la instalación de buzones en todos los planteles de educación básica, los estudiantes podrían denunciar casos de acoso escolar, y una vez presentada la queja, las autoridades estarán en posibilidad de determinar las acciones a seguir en caso de que se compruebe que hubo abuso o negligencia.
La violencia dentro de la escuela sigue escalando en el sistema mexicano y nadie repara que el diseño de las escuelas no favorece la diversidad. Las escuelas siguen tratando de erradicar la diferencia y por supuesto crean las condiciones para que los estudiantes elaboren sus propios criterios de uniformidad y homogeneidad y decidan utilizar métodos nada pacíficos para erradicar la diferencia. Mientras las autoridades educativas y la sociedad mexicana piense que el problema es un asunto individual y personal la violencia seguirá escalando.
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