Nos hemos acostumbrado a que las máximas autoridades opinen que la ciencia y la tecnología son bases importantes para el desarrollo económico y social de nuestro país. Este discurso ha aumentado con el auge de la idea de las sociedades del conocimiento:
La titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Josefina Vázquez Mota, aseguró que con la Alianza por la Calidad de la Educación (ACE), con la reforma de la enseñanza media superior y la creación de nuevas instituciones de nivel superior, México podrá ingresar a la sociedad del conocimiento, pues ésta es la condición fundamental para el desarrollo de los países en una sociedad competitiva y cada vez más globalizada. La funcionaria aseguró que el gobierno federal está empeñado en que México pueda entrar de lleno en la sociedad del conocimiento, por lo que requiere de nuevas reformas y que sus científicos y tecnólogos se empiecen a formar desde la educación básica.
De aprobarse la iniciativa de ley para la creación de la Agencia Espacial Mexicana, por primera vez en su historia el país contará con una política pública en este rubro y la UNAM tiene expertos para participar en la consolidación del proyecto. Juan Francisco Valdés Galicia, director del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) , expuso en un comunicado que se pretende instaurar un organismo dedicado a normar, concretar estrategia y elaborar un plan nacional. Para ello se contará con un Consejo Directivo, presidido por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), en el que participarán 15 entidades, entre ellas la máxima casa de estudios del país.
El titular del poder ejecutivo dijo que México aún está lejos de las inversiones que deben destinarse a ciencia y tecnología, comparado con los montos que destinan los países con los que compite, pero aseguró que se está en la ruta correcta para superar los rezagos y romper la inercia que condenaba al país al estancamiento en la materia. Aseguró que el éxito o fracaso de los países no depende “ni de las reservas petroleras, ni de los recursos naturales incluso de su infraestructura”, sino del acceso que tengan a la sociedad del conocimiento y a la preparación de sus científicos.
Pero, la realidad sobre el financiamiento y políticas exitosas es otra:
La presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), Rosaura Ruiz Gutiérrez, entregó una carta a la Cámara de Senadores para pedir que apoye su propuesta de incrementar el presupuesto para ciencia y tecnología de 2009, y con ello se impulse que para finales del sexenio se alcance uno por ciento del producto interno bruto (PIB) en esos rubros, como marca la ley.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) reconoció que el país padece “debilidad de sus instituciones públicas, violencia, un mercado laboral rígido y un sistema de educación superior y capacitación que no proporciona a la economía una reserva apropiada de mano de obra calificada, principalmente de científicos e ingenieros. La dependencia da cuenta de los resultados del reporte anual número 29 del Fondo Monetario Internacional (FMI), referente a la competitividad global 2008-2009, y donde se ubica a México en el lugar 60 de una lista de 134 países analizados. De acuerdo con ese documento, señala la SHCP, existe una serie de retos para que México pueda avanzar más en competitividad y mejorar la calificación de alrededor de 4.2 puntos en la lista general
La situación obliga a las mejores mentes mexicanas emigrar a los Estados Unidos:
El sector de trabajadores mexicanos que proporcionalmente más emigra a Estados Unidos es el de los profesionales con estudios de postgrado. Uno de cada tres mexicanos egresados de un doctorado viene a trabajar a Estados Unidos. De un lado de la balanza están la falta de oportunidades y los bajos salarios que se le ofrecen a estas personas que han hecho grandes sacrificios personales y financieros para completar sus estudios. Del otro lado, Estados Unidos y otros países ofrecen visas, buenos salarios y otro tipo de incentivos para atraer a estos trabajadores altamente calificados. El año pasado, un sitio mexicano de búsqueda de empleo por internet hizo una encuesta entre sus usuarios y reveló que el 82% de los profesionales de ese país estarían dispuestos a emigrar a Estados Unidos.
Entre 14 mil y 19 mil mexicanos con grado de doctorado viven en Estados Unidos, dijo la Organización Internacional para las Migraciones, institución con base en Suiza que ha estudiado la fuga de cerebros en México. El éxodo de mexicanos educados “va de un asunto de preocupación a uno de alarma”, dijo Juan Artola, jefe de la Organización Internacional de Migraciones, en declaraciones al Dallas Morning News. “Esta gente representa lo mejor de la cosecha, por lo que su éxodo está dañando a México”. El número de mexicanos que está yéndose a Estados Unidos casi se ha duplicado en los últimos diez años para sumar unos 500 mil por año.
Esto se suma a que nuestra mentalidad latinoamericana no aprovecha el conocimiento científico:
En sociedades latinoamericanas como la nuestra, la ciencia y la tecnología están subutilizadas como un elemento para el desarrollo, dice el embajador Albert R. Ramdin, secretario general adjunto de la Organización de Estados Americanos (OEA). De acuerdo con Ramdin, muchos de los problemas que aquejan a las sociedades de América Latina y el Caribe, como desastres naturales, migración y VIH-sida, más allá del carácter político de algunos de ellos, podrían resolverse mediante el desarrollo de ciencia y tecnología. Ramdin considera que la subutilización en muchos casos es un problema estructural pues, por una parte, la inversión en educación como parte del presupuesto público es reducida y, por la otra, existe la noción de que sector privado es conservador y no invierte en esos rubros porque le impactará en sus utilidades.
Y sin embargo se mueve:
La escudería Pumas CU, de la Facultad de Ingeniería (FI) de la UNAM, conquistó su primer campeonato Toyota Electratón LTH 2008, al ganar en el trazado del Centro Dinámico Pegaso de Toluca, Estado de México. En la justa, organizada por la Industria Nacional de Autopartes (INA), los universitarios obtuvieron, en siete jornadas, tres primeros lugares, dos segundos, y dos terceras posiciones, con un auto al que se le calificó transmisión, aceleración, freno, peso, seguridad para el piloto y dimensiones; lo que les permitió colocarse en el primer sitio general.
Investigadores del Cinvestav (Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional) obtuvieron el premio Dr. Jorge Rosenkranz. Este premio es uno de los más prestigiados a nivel nacional en el área de la salud. Leticia Cedillo Barrón, Fidel de la Cruz Hernández y Fernando Peña Ortega, fueron los ganadores de tres de los siete reconocimientos. Fernando Peña es del departamento de Farmacobiologia del Cinvestav y se dedica al estudio de la demencia temprana en el mal de Alzheimer que se calcula, afecta a más de 500 mil mexicanos.
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