Juan Díaz de la Torre fue electo como presidente del Consejo General Sindical para el Fortalecimiento de la Educación Pública, en sustitución de Elba Esther Gordillo Morales, por lo que queda al frente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) con 268 votos en favor . El nuevo líder acató una decisión del poder federal, en la que se habría condicionado el apoyo a la actual dirigencia a no meterse con el caso de Elba y alcanzar soluciones en materia de la negociación salaria y de la reforma educativa, de acuerdo con afirmaciones de integrantes de la cúpula de la organización, quienes admitieron: Muerto el rey, viva el rey. A medida que transcurría el tiempo, en la sede de la 36 sesión extraordinaria del Consejo Nacional, realizado en el hotel Fiesta Americana Minerva de esta capital, la euforia de la madrugada –cuando se instalaron los trabajos en el salón Flores, donde unos 400 dirigentes sindicales corearon unidad, unidad, unidad y Elba, Elba, Elba– se fue diluyendo hasta convertirse en rostros que reflejaban tensión, desesperanza y cansancio. Después de más de 22 horas de receso, se retomaron los trabajos en que se ungió a Díaz de la Torre como sustituto de la ex dirigente nacional.
Elba Esther Gordillo como dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) recibía en promedio 140 millones de pesos mensuales provenientes de las cuotas gremiales de los profesores. Las aportaciones de los maestros representan ese monto mensual tomando como base un descuento promedio de 100 pesos a cada sindicalizado, quienes suman 1.4 millones, según cifras recientes de la SEP. Obtenía 1,680 mdp al año Los recursos que recibía eran manejados sin saber su destino, según los estatutos del sindicato. Tan sólo por ser la dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo recibía en promedio 140 millones de pesos mensuales o mil 680 millones anuales de las cuotas sindicales, es decir que por día la dirigente de los maestros recaudaba 4.6 millones de pesos, cantidad que equivale a 72 mil 16 salarios mínimos en el Distrito Federal (64.76 pesos). Las aportaciones de los trabajadores de la educación de la República representan ese monto mensual, tomando como base un descuento promedio de 100 pesos al mes a cada agremiado, quienes suman 1.4 millones, según las cifras más actuales de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Durante el sexenio pasado, el gobierno federal dio a Elba Esther Gordillo cuatro mil 250 millones de pesos en fondos, fideicomisos y programas que fueron otorgados de manera puntual en cada negociación salarial entre la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). La SEP nunca regateó los recursos que eran para mejorar la calidad de vida de los maestros. Sin embargo, el destino de ese dinero está en la opacidad debido a que el SNTE no está obligado a transparentar el uso de los recursos que recibe de la Federación. Los recursos conformaban el Fideicomiso del Programa de Financiamiento a la Vivienda, el Fideicomiso para el Proyecto de Apoyo de Tecnologías y el Programa de Carrera Magisterial.
Hasta el momento, los cambios en la reglas del juego son las mismas. No se habla de hacer transparente al SNTE, ni de evitar los líderes vitalicios, ni derogar el acuerdo presidencial de 1946. Tampoco se sabe nada de cómo van a evitar que este nuevo líder pueda disponer de todo ese dinero que nadie sabe en dónde esta. Tampoco se habla si la SEP, mes con mes, seguirá descontando las cuotas a los maestros. Nada nuevo bajo el sol.
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