El sistema escolar mexicano tiene una serie de deficiencias importantes. Quizá la más perniciosa es la idea de controlar la curiosidad infantil en aras de la obediencia. Esta búsqueda de la obediencia ciega e irreflexiva nos tiene sumidos en el tercermundismo. La sociedad mexicana y en especial los docentes de educación básica tienen la idea de que se aprende escuchando las palabras del maestro o leyendo los libros de educación básica. No aceptan que existen formas diversas de aprender, ritmos diferentes. Y menos comprenden que existen personas que poseen talentos y capacidades extraordinarias. Para estas personas la escuela tradicional no es muy alentadora. Los docentes tratan de obligarlos a aprender de la misma forma que el resto de los estudiantes. Según un estudio en México, los típicos transtornos de aprendizaje describen algunas características de las personas que aprenden muy rápido y que la escuela les resulta demasiado fácil:
Con dos años de edad, Sebastián Maya puede contar hasta 10 y leer de corrido el abecedario. Lo hace en español, pero no tiene problemas cuando se le propone hacerlo en inglés o alemán. Ricardo Valdés tiene dos años más. Puede hacer lo mismo, pero en su caso se agrega el uso del japonés y el ruso. También puede recitar las tablas de multiplicar, incluidas las del 11 y del 12, y recuerda perfectamente los 118 elementos de la tabla periódica. Se realiza una investigación sobre el tema en México: “Se trata de la segunda investigación más importante a escala mundial en esta área, solo detrás del estudio realizado por Lewis Terman hace más de 70 años (1921-1940), en el cual se analizaron mil 571 casos. En este sentido, podemos decir que nuestro estudio pone a México como pionero en la materia” afirma Almazán Anaya. La investigación incluyó 25 variables de niños y jóvenes de dos a 19 años. Entre los hallazgos más importantes destacan los siguientes: la mayoría de los niños genio es hiperactiva (91 por ciento), distraída (84), aprende rápido (98), interviene en pláticas con adultos (86) y tiene conversaciones con mayores (92).
También tiene facilidad para armar objetos (90 por ciento), impone sus reglas (83), es sensible en el área emocional (94) y presenta baja tolerancia a la frustración (84). Hay dos datos curiosos: 83 por ciento no usa lentes y 91 por ciento no presenta sobrepeso, porque su hiperactividad le permite quemar muchas calorías.
El lado dramático del diagnóstico es que los niños y jóvenes evaluados presentan problemas emocionales (77 por ciento), son rechazado por sus compañeros de escuela (71), son proclives al aislamiento (71) y lo más peligroso y nocivo de todos: fueron diagnosticados con trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
“Este factor es la principal causa de pérdida del talento nacional, de los niños sobredotados”, dice Almazán Anaya, y añade: “95 por ciento de los niños con sobrecapacidad intelectual en México se pierde en cada generación, porque son mal diagnosticados con TDAH”.
La sociedad mexicana debe encontrar otros espacios alternativos a la escuela tradicional para desarrollar la capacidad de aprendizaje de los niños y las niñas. El monopolio escolar actual es uno de los problemas que se tienen que resolver, las reformas que se han efectuado desde hace 40 años no han logrado cambiar ni el diseño de las escuelas, ni las creencias de los docentes. No deberíamos seguir apostando por la administración de la pobreza ni de la ignorancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario