En el mes de agosto inició el ciclo escolar 2006-2007, y hay tres temas candentes: el conflicto magisterial en Oaxaca, la aplicación y rechazo de la reforma de educación secundaria (RIES) y el veto de algunos gobiernos estatales a los libros de biología del nivel de secundaria.
El rechazo de los libros no tiene que ver directamente con la RIES. La preocupación y molestia surge de la opinión de autoridades educativas, grupos de padres y madres de familia, y de grupos eclesiásticos sobre el tema de sexualidad. En opinión de estos grupos, los libros abordan el tema de una forma obscena y poco “adecuada” para los niños y niñas que cursan la secundaria, por lo tanto, deberían prohibirse.
Lo que me llama la atención de las notas que revisé en diversos periódicos es la ausencia de la voz de los jóvenes. Lo que se presenta es la voz de las “autoridades” sean gubernamentales, familiares o eclesiásticas. Valdría la pena que se realizaran algunos ejercicios para conocer la opinión de los jóvenes ante el tema, y si piensan que es necesario prohibir libros, considerando que, a pesar de la crisis electoral que estamos pasando, México es un país que persigue la democracia. Para que el lector conozca las desafortunadas opiniones de una legisladora estatal, que admite no conocer el libro en cuestión pero que condena, se puede ir al artículo publicado en la Jornada.
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