miércoles, mayo 13, 2009

¿De focos de infección a escuelas seguras y saludables? IV

Los datos de la SEP muestran que 95% de los estudiantes de educación básica regresaron a los salones de clase:

La Secretaría de Educación Pública (SEP) informó anoche que 91 mil 357 estudiantes presentaron síntomas de enfermedades respiratorias, por lo que fueron regresados a sus hogares, durante el reinicio de actividades escolares, y 913 mil 572 no fueron a sus escuelas. A su vez, 18 mil 552 profesores, 2.2 por ciento, no se presentaron a trabajar, mientras 3 mil 963 docentes, 0.47 por ciento, tuvieron que abandonar sus planteles por presentar algún síntoma. Así, señaló, de los 18 millones 271 mil 443 alumnos que reiniciaron actividades, 0.5 por ciento fueron detectados con síntomas de males respiratorios en los filtros escolares y el ausentismo estudiantil ascendió a 5 por ciento. En promedio, los niños tardaron 12 minutos más en ingresar a sus colegios por las medidas instrumentadas.

Sin embargo, en contextos específicos, existió mayor ausentismo:

La Secretaría de Educación del Distrito Federal (SE-DF) reportó ausentismo de 20 por ciento en los centros de Desarrollo Infantil (Cendi) que administra el gobierno local, en el primer día de regreso a clases tras la contingencia sanitaria por el brote de influenza A/H1N1, en tanto que unos 200 menores de nivel básico que presentaban fiebre y escurrimiento nasal, fueron canalizados entre lunes y martes a centros de salud, en ningún caso por el citado virus.

Y las condiciones de muchas escuelas es precaria, la falta de aseo, agua y jabón es el principal problema:

El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, admitió que mil 200 planteles escolares —de los 3 mil 196 entre públicos y privados— que hay en la Ciudad de México, no cuentan con sanitarios óptimos. Sin especificar si los planteles con deficiencias corresponden a primarias o secundarias, el mandatario reconoció que un buen número de escuelas requieren una remodelación urgente de las instalaciones sanitarias.

Se instrumentó un kit de limpieza para los estudiantes, este kit no lo entrega el gobierno federal que recomienda el filtro escolar:

El Gobierno del DF repartirá un millón 200 mil kits de limpieza a un millón y medio de alumnos de educación básica de la ciudad que regresan a las aulas, el cual contendrá jabón, un paquete de gel antibacterial, un tapabocas y la bolsa para que los alumnos puedan depositar la basura. Explicó que estos filtros se compondrán de directivos, profesores y padres de familia, y el objetivo es detectar a niños con posibles síntomas de influenza y canalizarlos a los Centro de Salud. “Va a haber aglomeración, porque va a haber filtros de ingreso en las escuelas, no va a ser tan rápida la entrada con este filtro observando a los niños que van pasando”, dijo el funcionario.

Como del discurso al hecho hay mucho trecho, el kit se vuelve más tercermundista:

Debido al desabasto de tapabocas a causa de influenza humana, el Gobierno del Distrito Federal decidió cambiarlos y ahora en los kits para estudiantes de preescolar, primaria y secundaria, se entrega un paliacate y un jabón. Desde hace dos semanas el secretario de Salud del DF, Armando Ahued, admitió que existía desabasto de cubrebocas. Por ello, pidió a los capitalinos utilizar un pañuelo desechable o un pedazo de tela hasta que llegue el material. Días después, Marcelo Ebrard, mandatario capitalino, dijo que su administración compró tela para que las cooperativas los fabricaran.

Los estudiantes y sus familias tienen que ver cómo tener una escuela más saludable:

En la primaria Miguel Ramos Arizpe, de la delegación Iztapalapa, con o sin influenza, iban a suspender clases. ¿La razón? El agua. Ese líquido indispensable que por estos rumbos escasea cada tercer día, pero que, según dijo el secretario de Educación, Alonso Lujambio, cada escuela debe encontrar la manera de solucionarlo. Y en efecto. Cada centro escolar lo resuelve como puede. Incluso, antes de la contingencia, los maestros de esta escuela pidieron a los padres que llevaran cubetas con agua de sus casas para, si quiera, lavar los baños. Los baños “siempre están sucios”, afirma Amelia, madre de Ariadna. En la primaria ubicada en la colonia Leyes de Reforma, a veces se consigue el servicio de pipas para llenar las cisternas, pero no sirven de mucho. Al preguntarle a Alejandro, estudiante de ese plantel, sobre si la limpieza es una constante en el inmueble, contesta tajante: “totalmente no”. Además, cuando no hay agua en el escusado “a veces se queda así, sucio”.

La influenza fue como una bendición”. Claro, “en lo que cabe”, señala una mujer que se mueve inquieta junto con otras a las afueras de la escuela primaria Acahualtepec —en lo alto de la Sierra de Santa Catarina—; las mujeres se arrebatan la palabra: “Siempre nos quejamos y no nos hacen caso”, dice una; “no hay agua en las escuelas”, recuerda otra; “los escusados están rotos o les falta la manija”, dice un hombre. Los baños, la pesadilla de alumnos y padres. Para estos últimos no hay duda:“Esta epidemia puede traernos mejoras, por ejemplo que arreglen los baños o que no falte el agua”. Sí, parece que en las escuelas todo ha cambiado, aunque siempre hay un pero. Es que en está parte de Iztapalapa los colonos conocen bien su realidad: “Así es siempre, después de ahogado el niño... vienen, barren, limpian y se van. Ya no regresan y volverá a faltar todo”, dice Brígida Navarrete.

En Oaxaca, las cosas siguen también muy complicadas:

En Oaxaca, tras la alerta epidemiológica, la comunidad escolar de las escuelas primarias Año de Juárez y Guillermo Prieto, que comparten el mismo edificio, enfrentó este lunes su realidad: seis baños para niñas y seis para niños y sólo tres lavabos. “Tenemos una gran carencia de mobiliario y equipo para los 600 alumnos de los dos turnos”, relata el director de la vespertina Guillermo Prieto, Víctor Salinas Jiménez. Durante el fin de semana, las madres de familia, alumnos y maestros del plantel, ubicado en la séptima sección, uno de los barrios más pobres de esta ciudad, limpiaron las siete aulas, mobiliario, baños y patio con sus propios recursos. “Nadie nos apoyó para comprar el cloro, el detergente y las franelas con que hicimos la limpieza”, lamentaron las hermanas Yesenia y Flor de Azalea, quienes se dedican a lavar ropa ajena por 25 pesos la docena, para subsistir. “A estos dos planteles acuden los hijos de pescadores, albañiles, campesinos y recolectores de desechos de la ciudad. Son los más pobres de Juchitán”, comenta el director. Agrega que se deben 12 mil pesos por 120 metros cuadrados de losetas “que compramos a crédito para el piso de la biblioteca y las aulas de quinto y sexto grado”.

El gobierno de Oaxaca requiere de por lo menos 6 mil millones de pesos para adecuar los baños y dar infraestructura a casi 2 mil escuelas, donde no hay condiciones sanitarias para evitar contagios del virus de la influenza humana. El subsecretario de Salud, Marcelo Noguera, dijo que, de acuerdo con reportes de autoridades sanitarias, sólo 2 por ciento del millón y medio de alumnos que lunes regresaron a clases no lograron pasar los filtros instalados en las escuelas públicas y tuvieron que ser regresados a sus hogares o trasferidos a centros de atención oportuna para recibir un diagnostico.

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