lunes, agosto 08, 2011

librerías que cierran, librerías que abren... lo importante es que los libros circulen

Hace unas semanas se publicó en los diarios el cierre de una librería de ciudad de México que fue emblemática a finales del siglo XX. El Parnaso que se encontraba en el centro de Coyacán cierra el changarro:

Un conflicto por el arrendamiento del local, una resolución legal, además de problemas internos son las causas por las que la librería El Parnaso de Coyoacán cerrará en los próximos días. El señor Antonio Sultan Achar, propietario de este negocio que cuenta con 31 años de existencia, habló del “acoso” que ha recibido por parte de las autoridades de la delegación y del juicio legal que mantiene con el dueño del local. Todo se inició con la remodelación de la plaza Jardín Centenario en marzo de 2008, que tenía como objetivo reubicar a los artesanos ambulantes y que se había dicho que duraría cuatro meses, pero en realidad duró 18. Posteriormente se vino la crisis sanitaria por la Influenza AH1N1 y “se nos pidió que cerraramos durante varios días, lo cual nos costó importantes pérdidas económicas”. En febrero de 2010, ya con la nueva administración, a cargo del delegado Raúl Flores, dice el librero, empezó el “acoso” por parte de las autoridades de la delegación Coyoacán, quienes insistieron en revisar los permisos con los que El Parnaso había operado durante más de tres décadas.

En los Estados Unidos las cadenas de librerías siguen cerrando:


Borders Group, la segunda cadena de librerías más grande de Estados Unidos, anunció la liquidación total de sus activos, luego de que no pudo hallar un comprador interesado en toda o en parte de su infraestructura. Mike Edwards, presidente de la compañía, lamentó el suceso en un comunicado de prensa el pasado lunes. Trabajamos duro para lograr un resultado diferente, pero los vientos en contra que hemos enfrentado desde hace tiempo, incluyendo el rápido cambio en la industria editorial, la revolución de los libros electrónicos y la economía turbulenta, nos han llevado a donde estamos ahora. El cierre de la firma simboliza las dificultades que enfrentan muchas librerías para adaptarse a un entorno editorial rápidamente cambiante, que incluye la venta por Internet y más recientemente la comercialización de libros para dispositivos digitales de lectura.

Se buscan alternativas para esta situación de cambio en el ámbito editorial y la emergencia de los dispositivos digitales:

Surgen las librerías "híbridas" que ofrecen la Impresión Bajo Demanda (IBD). Esta tecnología consiste en imprimir en cuestión de minutos una obra impresa "calientita" y entregarla al lector. Esto supone un ahorro importante de papel, evita las tiradas de grandes de libros que se acumulan durante años en las librerías y desaparecen las devoluciones. Se pretende desterrar las frases “no lo tengo o está descatalogado” del lenguaje del librero, que en la actualidad es la respuesta a 25% de las peticiones de los lectores. Esta fórmula busca lo mejor del mundo tradicional y del tecnológico para dar un mejor servicio al lector y conseguir de esta forma mantener la figura del librero tradicional, el personaje experto que conoce y aconseja a los todos los lectores y que mueve el mercado, a la vez que amplía las posibilidades para el usuario.

Mientras tanto, lo más importante consiste en que los libros circulen y circulen, que sean leídos y vueltos a leer:

Alrededor de 3 mil volúmenes podrán ser leídos gracias al programa Libros libres, que la Coordinación de Difusión Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) pondrá a disposición de los usuarios de los autobuses de la Ruta 3 del Pumabús. “Léelo y libéralo” es un movimiento que ha liberado alrededor de 8 mil libros, aportados por institutos y facultades de la UNAM, así como editoriales y público en general. Los libros son etiquetados e inventariados en www.bookcrossing.com para que sea posible seguirles la pista. Cualquier persona puede tomar un libro, con el compromiso de leerlo y dejarlo en otro sitio, registrando su destino en la página web, para que otras personas lo puedan leer también. Quienes estén interesados en compartir un libro podrán hacerlo de la siguiente manera: registrar el texto en la página web mencionada, imprimir la etiqueta, pegársela y liberarlo en las canastillas. El programa de libros libres estará en función hasta diciembre de este año.

Comparte tus lecturas, etiqueta y libéralo.





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