Se calcula que diariamente circulan 3,7 millones de autos en las vialidades de Ciudad de México. Los congestionamientos siguen el ciclo educativo; disminuyen en las vacaciones escolares y aumentan al reiniciar las clases en en las escuelas. Este 2007 no fue la excepción. El primer lunes del regreso a clases generó un gran caos vial y las autoridades iniciaron un operativo para cobrar multas a los automovilistas que insisten en dejar a sus hijos e hijas frente a la puerta de los centros educativos. El gobierno de la ciudad busca que los colegios particulares impulsen el uso del transporte escolar para disminuir la contaminación y los nudos viales. A partir del ciclo escolar 2008-2009 varias escuelas y universidades necesitarán contar con transporte escolar.
El cierre de una escuela "particular" en la zona de Coapa al sur de la ciudad generó protestas de las familias. La estrategia utilizada por estas familias para hacerse escuchar por las autoridades delegacionales fue "cerrar calles para impedir la circulación vehicular". Vecinos de la zona promueven el cierre de más escuelas de la zona por el caos vial que provocan. Con esta denuncia la delegación Tlapan verificará todas las escuelas del lugar.
Al norte de la ciudad otras familias realizaron una manifestación en demanda de que les sea devuelto un terreno que habían utilizado como área verde de preescolar.
El cierre de calles crean un ágora que obliga a autoridades y ciudadanos a discutir sus problemas. ¿No necesitaremos de espacios para promover y resolver nuestros problemas y para buscar soluciones? Las estructuras burocráticas del gobierno de la ciudad, y la falta de garantías constitucionales sobre estos espacios democráticos provocan que la ciudad viva todos los días en el caos vial y en una frágil vida ciudadana.
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