jueves, agosto 06, 2009

Tenemos discurso pero no práctica científica

A pesar de que los gobiernos federales del territorio mexicano, en los últimos 100 años, han compartido el discurso de impulsar a la ciencia y la tecnología, en la práctica somos importadores de conocimiento de las grandes empresas de los países desarrollados:

La manera de acabar con la pobreza en México es invertir en ciencia, tecnología e innovación, así como vincular el sector académico, empresarial y social para erradicar el atraso económico en el país, al menos es lo que asegura Pedro Laclette, coordinador general del Foro Consultivo Científico y Tecnológico. Al instalar el Consejo Directivo de Vinculación, Laclette dio a conocer que unas de las primeras tareas será impulsar programas de vinculación entre la Secretaría de Educación Pública (SEP), el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y la Confederación Nacional de Cámaras Industriales de la República Mexicana (Concamin). El coordinador comentó que la pobreza que se vive en México no es más que el reflejo de una mala inversión en infraestructura y capacidad científica, y que la crisis, es una oportunidad para que México utilice eficientemente el talento tecnológico e intelectual que podría sacar adelante a gran parte de los mexicanos. Si bien México no ocupa los primeros lugares en el uso de ciencia y tecnología, a pesar de contar con los recursos necesarios, el directivo hizo hincapié en llevar a cabo acciones, más que proclamar largos discursos.

Las estrategias de bajo nivel de conocimiento, como el turismo y la maquila, resultan demasiado débiles ante las crisis financieras. Sin exportaciones no hay maquilas, sin turistas no hay turismo:

El crecimiento del país no radica en el turismo ni en las maquiladoras sino en la biotecnología, afirmó Beatriz Xoconostle Cázares, investigadora del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del IPN. La especialista en agro ciencias indicó que este desarrollo tecnológico es el motor que ha movido a otras sociedades que se encuentran en el primer mundo, por lo que México no puede ser la excepción. La también integrante de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) explicó que en el panorama mundial de cultivos, 55 países están evaluando las semillas biotecnológicas, y el mayor cultivador de estos organismos es Estados Unidos, con 62 millones de hectáreas.

El problema del agua en las grandes ciudades mexicanas no tiene solución, a menos que se utilice a la ciencia y la tecnología:

El estudiante de la Universidad Autónoma Metropolitana en ingeniería civil, Reynaldo Vela Coreño, desarrolló un sistema de purificación de ríos contaminados, más eficiente que las actuales plantas para tratar aguas residuales, y por su innovación fue becado por el gobierno de Turquía para presentarlo en la pasada V Cumbre Mundial del Agua.

Indica que el sistema consta de tres etapas: una, elimina los residuos sólidos urbanos; la segunda, los desechos como excremento, lodo, arcilla y olores fétidos; y en la tercera microorganismos patógenos, con lo cual convierte el agua en potable.

El proyecto, dice Vela Coreño, es un ensamble de tecnologías y también permitiría la generación de biogás, además del reciclaje de materiales como PET y algunos metales.

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