A pesar de los discursos, políticas y acciones neoliberales, la privatización de la educación no va en viento en popa. En un territorio en donde el 50% de la población vive en pobreza, los centros educativos privados tienen demasiados problemas. Lo que si ocurre con el neoliberalismo es el aumento en el desequilibrio entre los ricos y los pobres; los ricos son menos pero se hacen más ricos, y el número de pobres crece y crece. Las universidades más caras se mantienen, las universidades con precios intermedios van a la bancarrota:
Debido a la crisis económica, alrededor de 20 mil estudiantes de universidades privadas de costo intermedio se han desplazado a instituciones educativas con colegiaturas bajas, adelantó el subsecretario de Educación Superior, Rodolfo Tuirán. De acuerdo con un estudio preliminar de la Secretaría de Educación Pública (SEP), los centros educativos de paga que se han visto más afectados son los de colegiaturas medias, mientras que las universidades de elite no han tenido mayor impacto y las de bajo costo continúan incrementando su matrícula. Precisó que seis por ciento de alumnos –entre 18 mil y 20 mil jóvenes de instituciones de colegiatura intermedia– se han desplazado a centros educativos más baratos.
En la educación básica se prevee que el 7% de los estudiantes se trasladen a centros públicos y que las escuelas "congelen las colegiaturas" si es que quieren sobrevivir. Parece que el neoliberalismo, más bien, es un cáncer para el capitalismo:
En el próximo regreso a clases, el impacto por la crisis económica mundial tendrá como consecuencia que al menos 7 por ciento de la matrícula de estudiantes en escuelas particulares no regrese a esas aulas, informó la Unión Nacional de Padres de Familia. El presidente de dicha organización civil, Guillermo Bustamante, añadió que en lo general no se esperan incrementos en las colegiaturas, pero las escuelas que podrían hacerlo será en un porcentaje menor al índice inflacionario, es decir, 4 por ciento. “En las inscripciones el aumento quizá sea 1 por ciento, pero las escuelas están haciendo el esfuerzo de no subirlas porque, conscientes de la situación económica, lo último que quieren es no tener alumnos”. No obstante la situación, según Bustamante, en términos generales los padres de familia inscribirán nuevamente a los hijos en escuelas particulares, por la excelencia académica comparada con la educación pública, un mejor ambiente y porque no hay paro del magisterio.
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