Ante la crisis financiera de nuestro socio comercial del norte, el secretario de economía promueve el programa de educación financiera en las escuelas públicas:
Agustín Carstens, secretario de Hacienda, atribuyó parte de la gran crisis financiera que sufrió Estados Unidos y que llevó a la quiebra a varias instituciones bancarias, a la falta de educación financiera, dado que muchas familias se endeudaron por encima de su capacidad de pago. Se manifestó a favor de que la educación financiera no sólo llegue a los segmentos de menor ingreso y nivel educativo, sino también a los usuarios de mayores estratos. El funcionario aseguró: “Pienso que muchas familias americanas se vieron invitadas a tomar créditos o se vieron impulsadas a aumentar su gasto, y no tomaron en cuenta las contingencias que estaban enfrentando”.
Contradicciones de la secretaria de Educación Pública: ¿los niños saben o no saben?
La titular de la Secretaría de Educación Pública, Josefina Vázquez Mota, informó que por primera vez se llevará a las escuelas públicas la formación de economía y finanzas, para que los niños tengan mayores herramientas para invertir y lograr prosperidad, para lo que habrá que capacitar en estas materias a un millón 300 mil maestros del país. Recordó que hace 30 años hablar de economía era como referirse a una ciencia casi oculta. “Se hablaba de economía como un espacio de incomprensión, hasta que todos entendimos lo que es la inflación, la devaluación, hasta que todos empezamos a asumir que la economía es un tema de responsabilidad de todos”. Se va a enseñar economía y finanzas en escuelas públicas porque los niños más pobres son los que padecen mayor ignorancia en esos temas. La determinación se tomó después de que una encuesta entre niños de 12 años –de primarias públicas– reveló que 96 por ciento opina que no se puede gastar más de lo que se tiene. “Hace 25 años, un consejo de niños sobre economía nos habría librado de muchas crisis económicas. Los niños han aprendido la lección”.
Tengo la impresión que los niños saben... y somos los adultos que preferimos ignorar esta sabiduría, sencilla pero poderosa.
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