La escuela pública mexicana siempre ha sido una arena política, con cada conflicto electoral o sindical las escuelas públicas son cerradas o tomadas, entre otras cosas. En nuestra joven república todavía no hemos sabido crear una unidad política nacional (todavía seguimos trasnochados pensando si una monarquía hubiese sido una mejor forma de gobierno). Si miramos a nuestro alrededor, resulta obvio que poseemos una Cultura Nacional, pero que sigue ausente un Estado nacional; el pensamiento de cacique, o de monarca, o de parlamento, o de dictadura, o de nomenclatura, o de congreso, perviven a modo de un garapiñado, en todas acciones políticas. Parafraseando a la libre, decimos: que aquello que ha unido la constitución mexicana, que no lo separe los partidos políticos mexicanos.
Al menos 71 alumnos de primaria y prescolar de la comunidad de Yaalinchín, municipio de San Juan Chamula, en Chiapas, no reciben clases desde hace un mes debido a la decisión de las autoridades municipales de separar a hijos de padres priístas y de perredistas. Padres de familia que militan en el PRD en esa comunidad afirmaron que el alcalde Domingo López González y el jefe de departamento de supervisión escolar de educación indígena, Pedro López Jiménez, decidieron que los niños hijos de priístas y perredistas de Yaalichín no podían tomar clases juntos. Añadieron que ambos funcionarios acordaron también que la escuela operaría con grupos “multigrado”, por lo cual alumnos de padres priístas que están recibiendo clases y cursan de primero a tercero y de cuarto a sexto lo hacen en un solo salón. Dijeron que las autoridades decidieron que por ser mayoría los priístas se adjudicaran los mejores espacios del edificio y los perredistas fueron mandados a los que están en malas condiciones.
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