viernes, enero 14, 2011

las escuelas mexicanas: fabricas de gordos... con pocas habilidades académicas

¿Por qué las escuelas mexicanas necesitan lucrar con la salud de los estudiantes?


Las escuelas en México forman parte de un problema sistémico; su diseño, funcionamiento y cultura están contribuyendo a crear un país de obesos con enfermedades crónicas que disminuirán la calidad de vida de los mexicanos. Las escuelas mexicanas siguen siendo pensadas para eliminar el analfabetismo y preparar a las personas a realizar trabajos corporales en una fábrica del siglo XIV. Leer con cierta fluidez, escuchar instrucciones y utilizar el cuerpo por 8 horas era el ideal. La gente tenía alguna instrucción, era obediente y se mantenía sana para trabajar en una fábrica. Hoy esas condiciones han cambiado. Hoy tenemos generaciones de niños y niñas con sobrepeso y obesidad:

El secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), José Ángel Gurría, advirtió que el alto nivel de obesidad y sobrepeso que existe en México pone en peligro la esperanza de vida de las actuales generaciones, el futuro del país y la estabilidad de sus finanzas públicas. Criticó a los lobistas (cabilderos) de la industria alimentaria trasnacional que señalan que el consumo de alimentos con alto nivel calórico es una opción de vida, cuando para la medicina, obesidad y sobrepeso son enfermedades, como el alcoholismo y la drogadicción, y, probablemente, desde el punto de vista del impacto económico, sea mucho más grave. Indicó que México ocupa el segundo lugar de personas adultas en esa condición, ya que la padecen tres de cada 10. Pero lo más sobrecogedor –dijo–, es que en obesidad infantil se sitúa en el primer escaño de las naciones que conforman este organismo, pues uno de cada tres niños mexicanos tiene sobrepeso o es obeso.

La SEP ha propuesto algunos lineamientos para disminuir el consumo de grasas y azúcares en las escuelas. No eliminó la venta dentro de las escuelas... propuso que la industria cambiara sus presentaciones. También propone que se limite el dinero para comprar en la "tiendita escolar" y llevar un almuerzo sano:

Limitar la cantidad de comida preparada en casa y que los estudiantes comerán en el recreo, así como evitar dar dinero a los alumnos para consumir productos de la tienda escolar, son dos de las sugerencias que la Secretaría de Educación Pública (SEP) hace a los padres de familia. La SEP estima que en las tienditas y cooperativas ingresan al año entre 30 mil y 40 mil millones de pesos por el consumo de refrescos, tortas, dulces, pastelitos, frituras y otras golosinas debido a que los niños de primaria y secundaria gastan entre 10 y 15 pesos al día.

Estos lineamientos, incluso, contemplan la posibilidad de "correr" a un director de escuela.... Sin embargo, en un territorio que crea leyes que no se cumplen, solo son palabras y no acciones. La propia SEP admite que no habrá sanciones administrativas sino recomendaciones. En palabras simples, la SEP no hará nada para cumplir los lineamietos que ella misma ha impuesto. Más simple aún, amenazas como las de la abuelita, no acciones legales:

Los directores de primarias y secundarias que dentro de las escuelas permitan la venta de productos prohibidos por la SEP, podrían ser removidos de su cargo, advirtió Guillermo Ayala, coordinación de vinculación de la SEP. "En caso de una reincidencia extrema, por supuesto que al aplicarse una sanción administrativa de esa magnitud sí se contemplaría el relevo del personal directivo. En el momento en que se van acumulando las notas malas va en detrimento de la situación escalafonaria y de los estímulos". El funcionario explicó que durante enero no habrá sanciones administrativas y sólo se les harán recomendaciones, pero en casos de reincidencia de algún director, sí podrían sancionarlo.

Se ha criticado que las escuelas no tienen los espacios adecuados para que los estudiantes puedan hacer ejecicio.... nuevamente el diseño de las escuelas responde a tener centenares de estudiantes sentados siguiendo instrucciones con la esperanza de que fuera de la escuela realizarán actividades físicas intensas....

De acuerdo con la Secretaría de Educación Pública (SEP), la activación física en las escuelas no requiere canchas o espacios físicos específicos ni implementos especiales como en otros ejercicios y deportes. De hecho, considera que realizar actividades domésticas, como barrer, lavar y limpiar, también es parte de la vigorización del sistema cardiovascular. Lo anterior es parte de las orientaciones enviadas a directivos y docentes en el contexto de la estrategia para combatir el sobrepeso y la obesidad, que se presenta en más de 10 millones de niños y adolescentes mexicanos. El director de la Telesecundaria 211, Carlos Velázquez Henríquez, señala que, por el contrario, si de verdad se quisiera combatir ese problema, todas las escuelas públicas tendrían que contar con espacios adecuados para hacer ejercicio, como canchas, gimnasio y, por supuesto, tener los requerimientos mínimos, entre ellos redes, pelotas y canastas.

Los lineamientos de la SEP parecen más discurso que hechos concretos... parece que al final los que lucran con la obesidad infantil ganaron la batalla porque según los rumores son los que pagan las campañas políticas de los gobernantes en turno:

El saneamiento de productos chatarra en las escuelas no ocurrirá en lo que resta del actual gobierno, ya que éste no pondrá en riesgo los compromisos adquiridos con las empresas que los producen y apoyan financieramente las campañas del Partido Acción Nacional (PAN), consideraron profesores y directivos escolares. Los padres señalaron, por su parte, que la Secretaría de Educación Pública (SEP) le hace al loco, porque es lo mismo pero con diferente tamaño. Es decir, en lugar de comprar un paquete de chatarra, los niños pueden adquirir ahora 10 minichatarritas, lo cual puede ser peor”. Las nuevas disposiciones son una simulación, coincidieron en las comunidades escolares. El director de la Telesecundaria 211, ubicada en el estado de México, Carlos Velázquez Henríquez, manifestó que el gobierno de Felipe Calderón no arriesgará el apoyo de empresas como Bimbo, porque entró condicionado por ellas. Fueron parte del engranaje que lo colocó en la silla presidencial y les tiene que responder. Por ello, el nuevo reglamento es “puro maquillaje. Si el gobierno quisiera atacar de verdad el problema de la obesidad y el sobrepeso –añadió– empezaría por instrumentar acciones contra la pobreza, porque muchos de esos productos se consumen por esa razón”. También, continuó, “tendría que incrementar los salarios e introducir la educación física ‘real” en los planteles, la cual no se realiza porque no tenemos maestros de educación física ni recursos, ni redes ni pelotas”.

Los lineamientos de las secretarías de Educación (SEP) y de Salud (Ssa) para combatir el sobrepeso en las escuelas sólo son un Frankenstein, además de que no sirven para nada, afirmó la presidenta de la comisión de la Cámara de Diputados que da seguimiento al problema de obesidad y desnutrición, Perla López Loyo.

La pregunta que se necesita responder es: ¿Por qué las escuelas mexicanas necesitan lucrar con la salud de los estudiantes? ¿Qué mecanismo obliga a directores y maestros a tener la famosa cooperativa? ¿Qué mensaje envía el sistema escolar? La principal razón consiste en que el sistema escolar mexicano no da el suficiente financiamiento para mantener a las escuelas. Al final del día, en la mente de los directores y de los maestros queda la preocupación de tener papel, hojas, gises, y cosas mínimas para que funcione un centro. Por último, queda la salud, los derechos de los niños y la calidad educativa. Para el sistema, lo que importa es la matrícula, el número de escuelas, directores, maestros y los libros obligatorios.... hasta el final queda la salud de los estudiantes, sus derechos y garantías individuales y la calidad educativa:

La prohibición de pastelillos, frituras y galletas en las escuelas de educación básica del país ha provocado un descenso de hasta 30 % en las ventas de las tienditas escolares, lo que empieza a generar preocupación entre directores y maestros de los planteles. Según información de la Secretaría de Educación Pública, las cooperativas y expendios de alimentos en escuela generan entre 30 mil millones y 40 mil millones de pesos al año. Del ingreso total, 20% “se queda” en las escuelas como parte del “gasto operativo” para remodelación de baños, compra de papelería y equipo para la administración y mantenimiento del plantel. En la secundaria técnica número 84, el responsable de la tienda escolar, Luis Miguel Guzmán, señaló que la entrada en vigor de los lineamientos para la regulación de la comida provocó una caída en las ventas de 30%. “Los niños ya no vienen a comprar tanto... ahora los traen desde su casa y por eso baja la venta”.

¿La industria dedicada a lucrar con la salud de los estudiantes cambió sus fórmulas? Poco probable. Sus etiquetas siguen mostrando que sus productos están hechos de carbohidratos y grasas, con muy poca proteína. Es en las universidades en donde se puede encontrar una fórmula para mejorar el valor nutritivo de los alimentos mexicanos:

Estudiantes de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN desarrollaron el proyecto “Sakana”, mediante el cual incrementaron el valor nutritivo de los churros comunes de azúcar adicionándoles una importante cantidad de proteínas de pescado. Los alumnos de la carrera de Ingeniería Bioquímica, Mauricio Flores, Zobeida Prieto y Stephany Romero, consideraron que los churros son muy consumidos en México, por lo que se dieron a la tarea de convertir la golosina en un producto con valor nutrimental. “En principio fue difícil romper el paradigma que representaba para la gente degustar pescado en un dulce, pero es importante mencionar que, una vez procesado, es inoloro e insaboro, por lo que se pueden aprovechar sus propiedades sin el olor y sabor característicos”, explicaron los jóvenes politécnicos.

El problema de la obesidad es sistémico, mientras se recurra a estrategias unidimensionales las escuelas mexicanas seguirán siendo una fábrica de gordos con pocas habilidades académicas. Es necesario pensar en:
  • Cambiar el diseño de las escuelas, con más horas dedicadas al ejercicio y actividades físicas y menos tiempo de actividades sedentarias escuchando en silencio. Tener áreas verdes y arboladas. Realizar actividades académicas al aire libre. Las escuelas mexicanas deben estar diseñadas para desarrollar las capacidades de aprendizaje a lo largo de la vida y no para el control (permanecer en silencio, estar sentados, atentos, escuchando el monólogo de un maestro o haciendo una lectura individual).
  • Pensar en tener una noción de calidad educativa que incluye el componente de una vida sana y saludable. Crear proyectos académicos para impulsar el cambio alimenticio y tener una vida más activa.
  • Prohibir la venta de comida basada en carbohidratos y grasas.
  • Trabajar en proyectos de cambio de fórmulas de los alimentos entre gobierno, universidades e industria. La comida mexicana es considerada un valioso componente cultural, y también puede ser más sana.



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