Uno de los problemas que impiden que el sistema educativo mexicano sea de buena calidad son las creencias que existen en la cultura escolar; tanto los maestros, los padres de familia y las autoridades piensan que el aprendizaje escolar está relacionado con la obediencia y el silencio. Y olvidan los derechos del niño y las garantías individuales. Una muestra de ello, es utilizar castigos para conseguir la obediencia y no necesariamente el aprendizaje académico:
En Sinaloa, una maestra de primaria acostumbra cubrir con cinta adhesiva la boca de sus alumnos para que dejen de platicar en clase. En la escuela Venustiano Carranza, ubicada en el municipio de Mazatlán, la profesora Griselda Núñez Ávila, de tercer grado, empezó a hacer callar a los niños de esta forma. Inicialmente trascendió el caso de una menor, pero conforme pasaron los días se acumularon las quejas. Francisco Frías Castro, secretario estatal de Educación Pública y Cultura, confirmó que todos los alumnos habían sido castigados de esa manera. Aunque sean aislados, estos hechos no deben permitirse y deben aplicarse las sanciones correspondientes, dijo al ser interrogado por periodistas. Frías Castro informó que la Comisión Estatal de Derechos Humanos investiga las denuncias de padres de familia, quienes ocuparon el plantel para exigir el despido de la maestra y del director.
Lo más trágico es que a la maestra acusada se le ha cambiado de escuela.... con la oportunidad de seguir callando a los niños de la misma forma:
La Secretaría de Educación Pública y Cultura del estado de Sinaloa ordenó cambiar de plantel a Griselda Núñez Ávila, maestra de tercer grado de la escuela primaria Venustiano Carranza, ubicada en el fraccionamiento Villa Verde, acusada por padres de amordazar con cinta adhesiva a sus alumnos para que dejaran de hablar en clase, informó Alejandro Córdova Cortés, jefe de los servicios regionales de la dependencia. Agregó que el director del colegio, José Martiniano, Castañeda, será suspendido mientras se realizan las investigaciones.
Los responsables de las escuelas mexicanas deberían estar preocupados al menos por dos cosas: 1) proteger los derechos del niño y sus garantías individuales; 2) ofrecer una enseñanza de buena calidad. Ninguna de estas cosas se hacen en las escuelas. Pocas oportunidades tendremos para ser un país democrático y que ofrece una alta calidad de vida si no se cambia la cultura escolar actual. La escuela mexicana reproduce los males de la sociedad mexicana, no transforma a los estudiantes en ciudadanos que creen en la democracia y el respeto a los derechos humanos.
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