México tiene un problema muy pesado que resolver, millones de personas tienen sobrepeso y obesidad. La cuestión no es de estética sino de salud, pues millones de mexicanos morirán o disminuirán su calidad de vida por enfermedades como la diabetes o males coronarios. El problema de la obesidad tiene componentes culturales, pero especialmente educativos. La cultura mexicana no se ha apropiado del conocimiento médico para cuidar su alimentación, para conocer los problemas de la mala alimentación y prevenir. Desde hace 200 años se ha intentado construir una república, un país democrático, para lograrlo, la educación es un componente de suma importancia. Sin embargo, uno de los grandes errores de los democratas mexicanos es no confiar en las personas. En lugar de crear un conocimiento colectivo, mejorando nuestras capacidades de razonamiento y discernimiento, se ha seguido importando "conocimiento del primer mundo" como en el virreynato. Uno de los efectos más perniciosos es que el sistema escolar "trabaja solo", crea sus propia visión del conocimiento e ignora olímpicamente al resto de la sociedad, como resultado, la escuela tiene un efecto casi nulo para cambiar aspectos relevantes de la sociedad mexicana, de hecho, la televisión tiene un efecto más contundente a corto y largo plazo, el problema consiste en que la televisión es la forma más utilizada para comercializar los producto chatarra:
A un año y medio del Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria que buscaría abatir la obesidad en el país, principalmente en edad escolar, las autoridades educativas estatales han reportado pocos avances e incluso sólo 17 de las 32 entidades federativas cuentan con programas locales de censo de talla y peso de niños.
El Distrito Federal, Estado de México y Yucatán son las entidades donde los directivos de salud y educación han promovido más los programas de medición de cintura y peso de los niños en las escuelas.
En octubre de 2011 autoridades yucatecas anunciaron que los menores serían sometidos a un plan para detectar a los más “gorditos” y así proceder a ofrecerles planes nutricionales y de actividad física.
También cuentan con programas de monitoreo de grasa corporal en niños los estados de Coahuila, Colima, Durango, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Michoacán y Nuevo León. Además de San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Veracruz y Zacatecas; aunque estos últimos, sólo en algunas escuelas piloto o municipios específicos.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición más reciente, el estado de Veracruz es el que presenta mayor incidencia de obesidad en población escolar masculina, con una cantidad cercana a los 56 mil niños (96 mil de ambos sexos) que presentan el problema.
Nuevo León es la entidad con más casos de niñas que presentan sobrepeso y obesidad, ya que se tienen registrados aproximadamente 40 mil casos del padecimiento.
Baja California es el estado que presenta el mayor índice porcentual de obesidad infantil en varones —en edad escolar— con 19%, en tanto que el mayor índice en mujeres lo presenta Chihuahua, con 15.6%.
¿Por qué la educación importa? Parece evidente, pero los mexicanos obviamos la relación. El conocimiento nos hace comprender que la comida chatarra hace daño a largo plazo.... pero no usamos el conocimiento para darnos cuenta de que se come chatarra en los lugares más empobrecidos porque es la más barata y llega a todos lados..... mientras que los programas de ayuda alimentaria de los gobiernos o organizaciones civiles no llegan. Millones de niños y niñas desayunan con refrescos:
En comunidades rurales, 70 por ciento de los niños de primaria desayuna con refresco, mientras que 80 por ciento de los adolescentes acompaña la comida con esta bebida, de acuerdo con un estudio de la organización El Poder del Consumidor (EPC).
La investigación revela que sólo 26 por ciento de los niños de primaria acompaña su almuerzo con leche, mientras que en el nivel secundaria 60 por ciento de los menores toma refresco en el desayuno, contra 40 por ciento que aún bebe leche.
“En las familias más pobres del país el consumo de refrescos se ha incrementado en 60 por ciento, y en las más ricas en 45 por ciento en los últimos 14 años. Y lo más dramático: el consumo de frutas y verduras bajó en un 30 por ciento en ese periodo”, cita la investigación Impacto de la presencia de comida chatarra en los hábitos alimenticios de niños y adolescentes en comunidades indígenas-campesinas de la región Centro-Montaña Guerrero, realizada en 2010, en colaboración con el Grupo de Estudios Ambientales A.C y Oxfam México.
El sistema de salud imita al sistema escolar, plantea el uso de libros para ayudar a las familia a cambiar su forma de vida:
La Secretaría de Salud del DF tiene listos los libros que enviará a los padres de familia cuyos hijos fueron detectados con problemas de obesidad, tras la medición de talla y peso que la dependencia realizó el año pasado. Bajo el título Educación para la salud, el libro les ofrecerá información básica para corregir los hábitos de alimentación en toda la familia y encaminarlos a un estilo de vida más saludable, mediante ejercicios didácticos.
Según los resultados preliminares de la medición de peso y talla que realizaron conjuntamente la Secretaría de Salud y la de Educación del DF a más de 700 mil estudiantes de nivel básico en escuelas públicas del DF, uno de cada cuatro tiene problemas de sobrepeso y obesidad.
Por ello, en el libro hacen énfasis en la alimentación que debe tener cada integrante de la familia, los riesgos del consumo excesivo de cierto tipo de comida e invita a los pequeños a participar en la elaboración de los menús, para que así sea más fácil que coman sanamente.
Y se necesita de realizar más investigación y crear un sistema de alerta temprana para enfermedades que se pueden prevenir:
En los próximos cinco años, el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) procurará incrementar la presencia de sus científicos en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y multiplicar el volumen de información sobre enfermedades crónicas, que para 2017 costarán al país 170 mil millones de pesos, informó el nuevo director del Instituto, Mauricio Hernández Ávila.
El ex subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, que sustituyó al doctor Mario Henry Rodríguez López, indicó que entre los retos más grandes que tendrán los científicos del INSP en el próximo lustro estará el generar más información para actuar contra la epidemia de obesidad que vive el país.
El pasado 29 de enero, durante el aniversario del INSP, se informó que esa institución cuenta con 168 investigadores en ciencias médicas, de alta especialización, así como con 120 investigadores miembros del SNI. Este conjunto de científicos ha producido más de mil 300 proyectos de investigación y se busca mejorar sus condiciones de investigación.
Interdisciplinarios. Fundado hace 25 años, el INSP es uno de los doce Institutos Nacionales de Salud, de la Secretaría de Salud de México. Es responsable de realizar estudios para ayudar a decidir políticas sanitarias, como el Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensalud); además forma a expertos en salud pública y realiza investigación científica en problemas relevantes de salud pública para el país.
El cambio en la morfología corporal del mexicano se aprovecha más rápido en la moda que en la salud o la educación:
Finalmente el reto de encontrar ropa a la medida de los mexicanos dejará de ser una encomienda para un sastre o en su caso de una diseñadora de modas, pues el primer estudio antropométrico nacional permitió conocer la morfología, estudio de las formas externas, de los distintos estratos socioeconómicos y generacionales de la población, análisis que posibilitará a la industria textil diseñar ropa con características exclusivas.
Así, con el objetivo de conocer con exactitud la complexión de la población, el estudio ¿Cuánto mide México?, se encargó en un lapso de 18 meses, de escanear el cuerpo de 17 mil 364 personas de entre 18 y 66 años, 51 por ciento mujeres y 49 por ciento hombres, en 13 ciudades del país.
Los resultados establecen que las mujeres miden en promedio un metro con 60 centímetros, las cuales presentan problemas de sobrepeso y son de caderas amplias mientras que los hombres, miden en promedio un metro con 72 centímetros y presentan menor obesidad en comparación con el género masculino, los cuales acumulan mayor cantidad de grasa alrededor de la cintura.
“La información establece que las mujeres mexicanas tienen una morfología cambiante por región y edad, y entre los 40 y 50 años incrementan su peso en alrededor de diez kilos, al pasar en promedio de 62 a 72 kilos, mientras que en los hombres, se presenta un cambio notable en su físico, no es que sean gordos, sino panzones”, comentó Marcos Cherem, presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (Canaive).
¿Se había dado cuenta de la cantidad de médicos con problemas de obesidad o de adicción al tabaco?
Los médicos obesos o con sobrepeso evitan hablar con sus pacientes sobre la importancia de mantener una alimentación sana, indicó una encuesta realizada a 500 médicos generales.
Los investigadores observaron que aquellos con un Índice de Masa Corporal (IMC) normal eran 30% más propensos a entablar con sus pacientes obesos un diálogo sobre el peso, que sus colegas gorditos, quienes registraron sólo 18%.
Además los médicos con buena condición diagnosticaban en 93% como obeso si perciben que el IMC del paciente era similar o excedía al propio, frente al 7% de los médicos con problemas de peso.
Para el estudio, los médicos que dijeron tener un IMC por debajo de los 25 kg/m2 fueron considerados como de peso normal; los que estaban por sobre ese valor fueron clasificados como personas con sobrepeso u obesidad.
"Los resultados fueron totalmente sorprendentes", dijo la doctora Sara Bleich, de la Escuela de Salud Pública de la universidad y autora del estudio, que está basado en una investigación previa que encontró que los médicos que fuman advierten menos de los riesgos de este hábito a sus pacientes.
Para el psicólogo Fernando Urra, de la Universidad Central, no es extraña esta conducta. "Aunque existen protocolos internacionales sobre lo que se debe consultar o sugerir en una evaluación clínica, el médico lo hace según sus intereses. Y si se siente cómodo con su imagen corporal, por ejemplo, eso no va a ser tema".
Pese a ello, la doctora Bleich plantea que "esto levanta muchas preguntas. Creo que este comportamiento no es del todo intencional y que hay mucho de subconsciente. Lo que este estudio sugiere es que los atributos físicos de los médicos tienen mayor incidencia de lo que se pensaba sobre el cuidado de sus pacientes".
Los niños que no tienen amigos o no se integran con sus compañeros de escuela son propensos a aislarse y evitar la actividad física:
Los niños que son aislados, incluso por un breve período, son significativamente más propensos a disminuir su participación en actividades físicas y elegir el sedentarismo, lo que podría reforzar comportamientos que dirigen a la obesidad, asegura un estudio de la Academia Estadunidense de Pediatría (AAP), con sede en Chicago.
El estudio, denominado "El efecto del aislamiento sobre la actividad física en los niños", publicado en la revista Pediatrics, evaluó la influencia de un "ostracismo simulado" en la actividad de 19 niños, 11 varones y ocho niñas en edades de ocho a 12 años.
Durante el estudio, un grupo de investigadores coordinado por Jacob E. Barkley, de la Kent State University, de Ohio, realizó dos tipos de sesiones experimentales en las que se solicitó a los niños participar en un juego virtual, Cyberball, advirtiéndoles que estaban jugando a través de Internet con otros dos niños.
En la mitad de unas sesiones el juego fue programado para excluir a los niños (ostracismo simulado) de recibir el balón durante la mayor parte del juego, mientras que en las otras los niños fueron incluidos y recibieron la pelota en un tercio del tiempo. Cada niño jugó el juego dos veces bajo ambas condiciones.
Después del juego, los niños fueron llevados a un gimnasio donde podían elegir cualquier otra actividad, sedentaria o física, que les gustara para realizar durante 30 minutos, utilizando un acelerómetro y la observación en la medición de su comportamiento.
Finalmente, los niños informaron sobre su gusto por la sesión de la actividad a través de una escala analógica visual.
Los investigadores encontraron que los niños acumularon 22% menos de actividad física en el acelerómetro y 41% más minutos de actividad sedentaria después de ser condenados al aislamiento en el juego virtual, en comparación a cuando se les incluyó al mismo.
Y el cerebro importa cuando vivimos en una sociedad de privilegia la comida chatarra:
Un nuevo estudio demuestra la relación entre ciertas disfunciones cerebrales y el desarrollo de la obesidad, por lo que si no sólo depende del sedentarismo o la dieta inadecuada el atacar estos puntos no resolvería el problema.
Investigadores, dirigidos po Achim Peters, especialista en obesidad y profesor de la Universidad de Luebeck en Alemania, encontraron que existe una relación directa entre el funcionamiento cerebral y la cantidad de comida que se ingiere.
Bajo el término de "cerebro egoísta", el doctor Peters describe el proceso mediante el cual este órgano se hace de la energía que requiere para mantener su vitalidad. En cuanto el cerebro detecta alguna deficiencia energética, el sistema nervioso simpático (SNS) y el hipotálamo-pituitario-adrenal (HPA) se activan de inmediato para generar estrés y disparar, así, una demanda activa de la energía requerida.
Conocida como "tirón del cerebro" o "brain pull", esta función permite recabar dicha energía o calorías a partir del resto del cuerpo, lo cual genera un efecto doble: por un lado, garantizar la integridad cerebral y, por el otro, ayudar a mantener el peso corporal dentro de límites adecuados.
No obstante, si el "tirón del cerebro" no funciona correctamente y la respuesta del sistema nervioso es débil, entonces falla la orden de abastecimiento y el cerebro no "jala" del cuerpo las calorías que requiere. Por ende, la energía se acumula progresivamente en el resto de las células y, peor aún, el individuo come más para cubrir sus necesidades cerebrales, con todo y que su cuerpo ya se encuentra sobrado de energía.
Ideas simples para un problema tan pesado:
1. Desayuna balanceando proteína, grasas y azúcares.
2. Acompaña los alimentos con agua o bebidas con poca azúcar
3. Muévete, baila, camina, corre, brinca, sube escaleras, todos los días.
4. Planea juegos de actividad física con tu familia, a veces más divertido que una película de baja calidad en la televisión de la sala.
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