Llega el final de un moribundo gobierno federal, que llegó con discursos plagados de buenas intenciones y se va con la misma triste realidad del sexenio pasado. En el asunto educativo no hubo cambios espectaculares, más bien se siguieron estableciendo las líneas de política educativa global; más evaluaciones, más reformas escolares, más formación continua a los docentes, incrementar sus salarios. Pero estas estrategias tuvieron pocos efectos en mejorar la calidad educativa. Quizá la única política consistente fue la de aumentar los salarios de los maestros:
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) aceptó la propuesta de la Secretaría de Educación Pública (SEP) de otorgar un incremento salarial de 4.25 por ciento y 1.5 por ciento en prestaciones para cerca de 800 mil docentes de educación básica.
En la ceremonia del Día del Maestro con la presencia de la lideresa magisterial, Elba Esther Gordillo, el gobierno federal dará el anuncio.
Muerto el gobierno neovirreynal tercemundista, ¿Hay alguna novedad con los candidatos al poder ejecutivo federal? No lo parece, los tres candidatos de los principales partidos políticos y el candidato de la lideresa del SNTE seguirán las mismas políticas educativas:
Los cuatro aspirantes presidenciales hablan, con diferentes matices, de la revolución educativa, la calidad, las becas, la evaluación y de aumentar las escuelas de tiempo completo, pero sólo en la propuesta del candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, se incluyen conceptos como identidad nacional, combate a la desigualdad educativa y rechazo a la enseñanza equiparable a una mercancía. La propuesta educativa de la panista Josefina Sánchez y de Gabriel Quadri, candidato del partido de la maestra, Nueva Alianza, son las que, de manera abierta, plantean la entrada de la iniciativa privada al sector.
Dice Vázquez Mota: “promoveré asociaciones público-privadas para impulsar la inversión en infraestructura, equipo, talleres e instalaciones en instituciones públicas de educación superior”. En el mismo tono y sólo por la diferencia en el nivel educativo al que se alude, Gabriel Quadri busca “promover alianzas público-privadas para construcción y mantenimiento de escuelas públicas (contratos a empresas especializadas con estándares objetivos y supervisión permanente) en los 173 mil edificios del sistema”.
Los preceptos constitucionales sobre el carácter público, laico y gratuito, bases del sistema educativo mexicano, no merecen la suficiente atención en las plataformas electorales de los aspirantes a la primer magistratura del país y se quedan, más bien, en enunciados políticamente correctos.
En cambio, conceptos que provienen principalmente de las directrices de los organismos internacionales, como son “la calidad” y la “evaluación”, son aceptados y recogidos por todos los candidatos, sin cuestionar siquiera si son las prioridades de un sistema de enseñanza que está a “la deriva” o en “pleno desastre”, según el diagnóstico de expertos en los años recientes.
Así,Vázquez Mota plantea, entre otros puntos, impulsar la evaluación del desempeño “de todos los docentes y directores de escuelas cada año” a partir del ciclo escolar 2014-2015 y transformar el Instituto Nacional de Evaluación Educativa en un órgano autónomo, como lo ha planteado su adversaria política Elba Esther Gordillo.
El candidato de la coalición Compromiso por México, Enrique Peña Nieto, quien en esta materia tiene el lema de “más educación y de calidad para todos”, considera que lo anterior se logrará “alcanzando la cobertura universal de la (sic) prescolar a la preparatoria, la cobertura de al menos 45 por ciento en educación superior y ser el primer lugar de América Latina en la Prueba PISA”.
En su plataforma electoral, Andrés Manuel López Obrador habla de modificar el sistema de evaluación para garantizar su autonomía, aunque a diferencia de sus contrincantes, plantea que se utilice como “instrumento de corrección de las desigualdades”.
Y como un asunto que causa más pena que risa el candidato del SNTE (aunque dicen las malas lenguas que el verdadero candidato es el representante del viejo régimen) afirma que las normales son nidos de guerrilleros..... en un país en donde las matanzas se realizan por grupos de criminales y fuerzas policiacas. En fin:
Cuando Gabriel Quadri de la Torre aseguró que su candidatura no se la debe a Elba Esther Gordillo, estudiantes de la Universidad Iberoamericana (Uia) estallaron en carcajadas. “Sí, ríanse”, les dijo el abanderado del Partido Nueva Alianza, quien más tarde, en la Universidad Panamericana (UP), aseguró que si no hay calidad en la educación es porque de las normales “no salen maestros de calidad”, pues están tomadas por herederos de los grupos guerrilleros que comandaban Lucio Cabañas y Genaro Vázquez Rojas.
Aseguró que se trata de “grupos radicales” que forman parte del “sindicato de Oaxaca o han formado la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, que se oponen a todo”. Y en defensa de Gordillo Morales, por la tarde dijo ante alumnos de la UP que es muy simplista querer adjudicarle todos los males de la educación. “Con todo respeto, es como quienes hablan de Carlos Salinas de Gortari y dicen que todos los males de México son culpa de Carlos Salinas de Gortari. ¡Por favor, es un caso similar!”
Insistió en que es necesario transformar el sistema de normales, mediante una revolución educativa, para “quitárselas a grupos radicales que las tienen en sus manos; han visto Ayotzinapa”. Planteó que en su lugar haya escuelas profesionales de alta calidad, porque “hoy en día las normales son apéndice de la Secretaría de Educación Pública bajo corrupción, manipulación y burocracia. Son un desastre”.
Uno de los muchos errores de los gobiernos de transición fue "nadar de muertito" y "agandallarse" la estructura del viejo régimen. Es decir, cambiaron los nombres, cambiaron los funcionarios, para usar el sistema exactamente como lo mantenía el viejo régimen. Quizá pensando que la sociedad mexicana aguantaría 70 años más de lo mismo. La sociedad mexicana ha cambiado mucho, pero su sistema político es un cáncer muy dañino pero no deja de ser reproducido por todos los políticos que llegan a los puestos de elección popular con estrategias muy simples: tener una macroeconomía estable a los embates de la globalización y administrar la pobreza. No hay más:
A punto de que se cumplan cuatro años de la creación de la Alianza por la Calidad de la Educación (ACE), “el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación se desligó de sus promesas”, y hasta ahora la alianza política que realizó el gobierno federal con la dirigente Elba Esther Gordillo “no tiene ninguna ganancia para él”, asegura Carlos Ornelas. De los pocos estudiosos del sistema educativo que forman parte del Sistema Nacional de Investigadores, Carlos Ornelas afirma que la Alianza, que incluye la evaluación universal, “abortará” antes de concluya la administración actual. En la negociación “se transaron al Presidente, porque el SNTE fue más hábil, firmó convenios en condiciones ventajosas”, afirma. Un ejemplo de ello, afirma, es que el jefe del Ejecutivo “buscó cambiar las reglas no escritas de corte priísta en su favor. Le otorgó el monopolio de la representación de todos los maestros a la señora Gordillo, pertenezcan o no al SNTE, con la ilusión de acabar con la venta y herencia de plazas, aunque hoy se siguen vendiendo”. Para Ornelas, “Felipe Calderón abandonó su origen partidista; echó a un lado la ideología, el carácter y el cuerpo doctrinario del Partido Acción Nacional en aras de alianzas electorales con el fin de mantener el poder para su partido, pero su alianza con la señora Gordillo no le redituó ganancia alguna al Presidente; en cambio, satisfizo las ansias colonizadoras del grupo hegemónico del sindicato y le entregó el gobierno de la educación básica”.
Ya veremos al que proclame el IFE como ganador, cuando hable de sus promesas de cambiar el sistema escolar y mejorar su calidad... con las mismas políticas educativas de los últimos 40 años.
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