Los mexicanos tenemos pleito comprado con el aprendizaje realizado en escenarios escolarizados. No sentimos atracción por un aprendizaje profundo y complejo. Quizá resabio del virryenato de la Nueva España, quizá el gusto autoritario de los gobernantes mexicanos después de obtener la independencia. Hay un claro temor por tener ciudadanos con buena educación, con capacidades complejas. La sociedad mexicana parece conformado con "nadar de muertito" en el siglo XXI. Si revisamos algunas de las características del sistema escolar notaremos que el calendario es extenso pero con una gran cantidad de días feriados y se cuentan con pocas horas efectivas de trabajo.... baste recordar que en la década de 1960 se empezaron a reducir las horas a los estudiantes para ocupar las mismas escuelas, los mismos maestros con el mismo salario trabajando con dos grupos de estudiantes. Esa "solución" (pagar a poquitos maestros, con poquito salario, para aprender poquito) nos tiene atrapados en el siglo XXI con escuelas poco significativas y con un sindicato "defendiendo" los logros del neoliberalismo:
Además de largas vacaciones escolares y de que en nuestro país los niños de los planteles públicos pasan en la escuela apenas cuatro horas y media –en China, por ejemplo, los alumnos están nueve horas y media en clases– 30 por ciento del tiempo en los centros de educación básica se va en actividades administrativas y de control disciplinario.
De acuerdo con un comparativo de la Secretaría de Educación Pública (SEP), México se encuentra entre los países con menos horas de clase, pues en Brasil la jornada escolar es de cinco horas; en Australia y Rusia, de seis horas y media, respectivamente, mientras en Corea del Sur y Francia es de ocho horas, en cada nación.
Frente a ello, la dependencia ha dispuesto implementar las escuelas de tiempo completo y de jornada ampliada; sin embargo, estos proyectos han sido cuestionados por maestros al denunciar que el tiempo extra en que los alumnos permanecen en la escuela carecen de maestro, así como de un proyecto académico que incida en la mejora de la enseñanza, y ahora, en muchas escuelas los grupos son de mayor tamaño, lo cual afecta negativamente el proceso educativo.
También han argumentado afectaciones laborales para los docentes.
En estos planteles con un horario de 8 a 14:30 horas, en lugar de 8 a 12:30 horas, se agregaron 400 horas de trabajo educativo en un ciclo, lo que significa 50 por ciento más de actividad al año en primaria y 66 por ciento más en preescolar.
Los legisladores mexicanos aprueban el regreso de escuelas públicas con horarios más amplios:
A partir del ciclo escolar 2012-2013, que comienza el próximo agosto, en todas las escuelas de nivel básico comenzarán a operar las jornadas de tiempo completo, que tendrá una duración mínima de seis horas y máxima de ocho.
Con 354 votos a favor, cero en contra y cinco abstenciones el pleno de la Cámara de Diputados aprobó que desde el siguiente inicio de clases, las primarias y secundarias del país incrementarán, gradualmente, su horario con el fin de alcanzar la totalidad de los planteles en el periodo 2021-2022.
El nuevo marco educativo establece que las autoridades federales y locales del ramo elaborarán un lineamiento para la implantación de este decreto en el cual se establezca un nuevo modelo de plan de estudios diseñado específicamente para cubrir las horas adicionales de la jornada educativa.
El documento legislativo que se envió al Senado para sus efectos constitucionales, indica que dicho plan deberá prever la diversificación de actividades de enseñanza incluyendo el fortalecimiento de los aprendizajes sobre contenidos escolares, el uso didáctico de las tecnologías de la información y la comunicación, el arte, la cultura, la recreación, el desarrollo físico, el deporte competitivo, el aprendizaje de lenguas adicionales —entre ellas la lengua de señas mexicana y el sistema Braille—, así como el desarrollo de hábitos de higiene y nutrición.
Esta aprobación causa ronchas en algunos expertos en educación:
La aprobación por la Cámara de Diputados de la reforma a la Ley General de Educación, con la que se adiciona el artículo 53 bis a fin de crear una jornada escolar hasta de 8 horas en primaria y secundaria, es resultado de la “improvisación y la ocurrencia” de una administración que ha perdido la brújula en materia educativa, aseguraron especialistas en la materia. Alertaron que la decisión asumida por los legisladores “no es sólo un tema de recursos, sino de múltiples factores como el pago salarial a los docentes, nuevos planes de estudios, formación y capacitación para impartir otras materias”.
Ángel Díaz Barriga, experto en educación del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (Iisue) de la Universidad Nacional Autónoma de México, afirmó que “todo se está haciendo al final del sexenio, cuando ya no alcanza el tiempo, cuando lo que se requiere es una reforma estructural de la educación, la cual se deberá plantear con urgencia en el próximo sexenio”.
Los diputados aprobaron el dictamen presentado por la Comisión de Educación Pública y Servicios Educativos, que adiciona al citado artículo para establecer escuelas de tiempo completo en la totalidad de los centros escolares del país en un plazo de 10 años, –para el ciclo escolar 2021-2022–, con una inversión de poco más de 74 mil millones de pesos.
“La medida es irresponsable, los legisladores no han aprendido de sus errores con la obligatoriedad del prescolar y el bachillerato”, afirmó Lucía Rivera, investigadora de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN).
El problema es ¿Financiero? No lo parece, en primer lugar según los datos macroeconómicos no hay una crisis generalizada como la que acostumbró el viejo régimen a la sociedad mexicana. En segundo lugar, se gastan cifras millonarias en propaganda política, en donde la mayoría de ese dinero se gastó en promover a candidatos de partidos que solamente sobreviven gracias a las "alianzas" con los partidos mayoritarios. En tan solo un mes se gastan el presupuesta anual de varias dependencias estatales:
En un mes y medio, los 224 candidatos a diputados locales y jefes delegacionales gastarán cerca de 178 millones de pesos en sus campañas políticas. Esos recursos públicos superan el presupuesto total asignado para este año a secretarías del gobierno capitalino como Protección Civil o Desarrollo Económico, y triplica el monto autorizado a la de Turismo. Tanto PAN, Panal, PRI-PVEM y PRD-PT-MC postularon candidatos propios para gobernar esas demarcaciones. En total suman 65 abanderados (en el caso de PVEM y PRI coinciden sólo en 15 nombres), quienes gastarán 84.6 millones de pesos durante ese mes y medio en la contratación de anuncios espectaculares, pinta de bardas, colocación de mantas y gallardetes, y organizar eventos con los potenciales votantes, entre otras actividades.
Se prefiere gastan en basura electoral y en pintar bardas o poner anuncios que en la educación de los niños y las niñas mexicanas. ¿Acaso tu candidato preferido está hablando de evitar estos gastos superfluos y poco relevantes? Es más relevante para la democracia tener un sistema educativo de buena calidad que en los infomerciales de los partidos políticos.
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