La situación en la que se encuentra la educación indígena “es desastrosa” y la política impulsada desde el Estado no sólo es discriminatoria sino que también “lleva a la destrucción de los pueblos y a la pérdida de identidad, porque ya no se les enseña su lengua”, advirtió Fernando Viveros, director de la organización Unidad de Capacitación e Investigación Educativa para la Participación. El gasto por alumno en la educación básica es de 8 mil pesos anuales, mientras que para un niño indígena apenas llega a los 200 pesos.
Más de 200 maestros de educación indígena, oriundos de cuatro municipios de los Altos de Chiapas, tomaron las oficinas de la Supervisión uno de la Secretaría de Educación Pública estatal, con sede en esta ciudad, para exigir la destitución de su titular, Porfirio Hernández González, a quien acusaron de “malos tratos, despotismo y autoritarismo”.
Representantes de los 300 trabajadores adscritos a la Dirección General de Educación Indígena de la SEP denunciaron que el subsecretario de Educación Básica, Fernando González, pone en riesgo su integridad física al desoír las demandas para trasladar la sede de dicha dependencia a otras instalaciones más seguras, porque las que se encuentran en la calle Azafrán, número 486, colonia Granjas México, corren el riesgo de ser escenario de una tragedia.
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