Los resultados de Enlace 2007 muestran que los niños y niñas con buenos resultados no siempre viven en las grandes ciudades, ni son mestizos, ni van a una escuela regular, ni su maestro tiene gran experiencia:
Rodolfo llegó solo a la comunidad de Chemax. Entró a un aula hecha con materiales de la región: palitos de guano y sillas demadera. Era un espacio improvisado para que 15 niños de preescolar y primaria tomarán clases. Todos son indígenas, y hablan maya. Ninguno sabía leer ni escribir. Rodolfo apenas tenía 18 años; y él sería el maestro. Se negó a seguir el destino de sus hermanos más grandes: estudiarla secundaría, aprender a escribir su nombre e irse directo al campo. Esa era la tradición en la familia Pech Pool. Rodolfo es el sexto de doce hermanos, pero a diferencia de los seis mayores, su principal reto era estudiar y terminar una carrera.
Originario de la comunidad de Sucopo Tizimín, este joven que ahora tiene 20 años es un capacitador-tutor del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe).
Un año después, se convirtió en el maestro que guió a los cuatro alumnos de la comunidad de “La Esperanza”, en Chemax, que obtuvieron el primer lugar estatal en la prueba ENLACE (Evaluación Nacional del Logro Académico en Centros Escolares), en el ciclo escolar 2006-2007. “Han mejorado; al inicio cuando nos dijeron que éramos el primer lugar, todos estábamos sorprendidos, porque en el contexto social en el que viven estos niños ni siquiera están acostumbrados a ver a tanta gente, y vi a todos sorprendidos con un rostro de satisfacción y alegría; y en ese momento pensé que el mayor logro en lo personal y también para todos nosotros como institución, es haber sido reconocidos por un trabajo en equipo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario