lunes, julio 28, 2008

De bachilleres a Tlatelolco

En 40 años las cosas no parecen ser demasiado diferentes, sigue existiendo la pobreza y la inequidad, pocas opciones para los jóvenes, ausencia de una democracia sólida, continuan las prácticas autoritarias, una economía endeble, altos índices de corrupción.... ¿es posible el cambio? Los casos de Japón, Alemania, Singapur, Malasia, Finlandia, Israel e Irlanda nos muestran que es posible, todos ellos tenían condiciones más precarias que México en 1950... mientras que nuestro país sigue en las mismas, hay regiones que han mejorado las condiciones sociales para sus ciudadanos. Del 68 al 08 como siempre, ni siquiera el discurso ha cambiado:

Recuento de uno de los protagonistas indiscutibles de los acontecimientos, desde la gresca entre bachilleres en la Vocacional 5 hasta la matanza de estudiantes en Tlatelolco.

Sus hijos, ¿qué son para usted? ¿Un problema, una esperanza, una eterna preocupación o una poderosa razón de vivir?" Días y noches de batallas y su pesadilla ulterior traerían respuestas a granel. ¿Qué son sus hijos? Esos muchachos encerrados en las preguntas de la época, 40 años después son abuelos (los muertos fueron inumerables). Habían crecido en una sociedad 94% católica, acostumbrada a que el PRI ganaba todas las elecciones. La emigración rural a las ciudades estaba en su apogeo y la economía crecía 7%, al amparo de la Revolución que, sin embargo, no resolvía los problemas ancestrales más serios: la pobreza y la inequidad. El descontento estaba marginado. El Partido Comunista Mexicano (PCM) carecía de registro oficial, pero recibió con agrado, el 5 de julio, la iniciativa de ciudadanía a los 18 años, del presidente Gustavo Díaz Ordaz. Hasta entonces se votaba desde los 21 años, y la reforma fue vista con reservas, por líderes sindicales, la línea dura del PRI. "Los jóvenes aún inmaduros pueden ser manejados contra los intereses de la patria", decían. En el Congreso, el Ejecutivo federal era el gran legislador, mientras que unos cuantos diputados del PAN, formaban la oposición. El PPS y PARM eran satélites priistas.

Las voces anónimas despertaron la tentación, “¡Zócalo, Zócalo, Zócalo!”, y dirigieron a la multitud de jóvenes a la plaza prohibida entonces, sólo destinada a los actos presidenciales. Protestaban contra la violencia policiaca de esa semana. Una cuadra antes de llegar a la explanada sacra estaba el límite, la calle de Palma y en su cruce con las avenidas Madero y 5 de Mayo cayó sobre ellos, otra vez, el peso del garrote. La gente corrió en todas direcciones, perseguida por una serpiente de vandalismo dirigido y granaderos, mientras la Policía cargaba detenidos y el repudio a la opresión maldecía a Gustavo Díaz Ordaz.

A 40 años del primer mitin al Zócalo, de estudiantes del IPN y de la UNAM , efectuado el 26 de julio de 1968, integrantes del movimiento estudiantil del 68 coincidieron que reducir el recuerdo del 68 solamente al 2 de octubre ha opacado la esencia del movimiento de aquella época. Marcelino Perelló Valls, estudiante en aquellos tiempos de la Facultad de Ciencias de la UNAM, enfatizó que el 68 no debe ser visto como algo nostálgico y quedarse en el luto, sino que debe ser una base para que los jóvenes de hoy hagan conciencia de la problemática social.

El 26 de julio de 1968, miles de estudiantes participaron en dos marchas autorizadas (en ese entonces se tenía que solicitar permiso al gobierno). Pero fueron reprimidos por los granaderos con bombas de gas lacrimógeno y toletazos cuando intentaron llegar al Zócalo. La violencia se extendió desde la zona aledaña a la Alameda Central hasta las inmediaciones del Palacio Nacional. La Federación Nacional de Estudiantes Técnicos (FNET) convocó a una manifestación de la Plaza de la Ciudadela al Casco de Santo Tomás, a las cuatro de la tarde, para protestar por la invasión policiaca de las vocacionales 2 y 5 del Instituto Politécnico Nacional (IPN), y por la represión contra estudiantes, maestros y trabajadores de esas escuelas, tres días antes.

“En ese mes estaba trabajando y preparando nuestra graduación para el 15 de agosto, por los medios de comunicación me entero de la gresca en la Ciudadela, de la Vocacional 2 y la 5 contra la preparatoria Isaac Ochoterena; el acontecimiento no tenía nada de extraordinario. Sobre todo tratándose de una vieja rivalidad, lo significativo del hecho fue la intervención de la policía y la agresión contra los estudiantes y maestros de la Vocacional 5 a manos del cuerpo de granaderos. “Hago contacto con Arturo Martínez Nateras, de la Central Nacional de Estudiantes Democráticos (CNED); evaluamos la situación, nos preocupaba que la dirigencia de la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos (charra) tratara de aprovecharse para recomponer su endeble situación. Decidimos intervenir y sustraer a los compañeros de las vocacionales de la influencia de esta camarilla.

Este es un fragmento de la reciente novela de Luis González de Alba sobre el movimiento del 68, cuyo título evoca al de su anterior obra literaria en la materia, Los días y los años.

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