Los medios presentan una serie de crónicas de las elecciones ¿democráticas? realizadas en el sindicato de maestros en el Distrito Federal:
A unas horas de que inicie formalmente el 23 congreso seccional extraordinario de la sección 9 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), los delegados desconocen sede y hora precisa del encuentro, al que, afirmaron, “se ha dado la orden tajante de que no pase ni un solo representante democrático”. Profesores del Distrito Federal denunciaron que en las asambleas delegacionales se presentaron irregularidades como robo de documentación, ausencia de funcionarios para encabezar las asambleas –provenientes del CEN del SNTE–, negativa a entregar acta y credencial de presunto delegado, negativa a firmar actas de la asamblea y de escrutinio.
Alrededor de 500 profesores del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, disidentes de Elba Esther Gordillo y pertenecientes a la Sección 9, entraron por la fuerza a la sede de su edificio, ubicado en el Centro Histórico y desalojaron a más de 150 presuntos seguidores de la lideresa. Eran las 4 de la tarde cuando a bordo de seis camiones, los educadores arribaron a la calle Belisario Domínguez. Los recibió un discreto operativo policiaco que sólo los miró de lejos y no intervino. De inmediato y al comprobar que la puerta principal del edificio estaba cerrada y soldada por dentro, los maestros decidieron recuperar las instalaciones, así tuvieran, dijeron, “que tirar la vieja y oxidada puerta”. Con picos, barretas y mazos, los profesores lograron en casi 50 minutos, abrir un boquete al portón. Minutos antes ya habían entrado una decena de personas por las ventanas del inmueble.
Maestros de la Sección 9 del SNTE acudieron a Gobernación para demandarle Juan Camilo Mouriño ponerle un hasta aquí a Elba Esther Gordillo y a su cacicazgo al frente de los trabajadores de la educación. Francisco Bravo Herrera, líder de estos profesores en asamblea democrática y quien se dijo respaldado por más de dos terceras partes de los 58 mil maestros del Distrito Federal, acudió a la Segob para solicitar su intermediación en este conflicto.
A escondidas de la mayoría de los delegados, ocultando dónde se realizaría el 23 congreso extraordinario de la sección 9, Elba Esther Gordillo Morales consumó un nuevo charrazo, al imponer como secretaria general a María Teresa Pérez Ramírez, “electa” en menos de una hora en una cochera acondicionada como salón de fiestas, en una aislada zona del norte de la capital.
Frente a la ilegalidad con que se desarrolló el congreso, la disidencia, que había captado “80 por ciento de los delegados”, nombró y tomó protesta a un comité paralelo elegido por las bases, el cual será encabezado por Francisco Nicolás Bravo.
La dirigencia de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) llamó a 58 secciones sindicales del país a asumir el “control total” de sus comités y expulsar de sus instalaciones a los gordillistas, luego de advertir que el charrazo que asestó el martes pasado Elba Esther Gordillo en la sección 9, con la imposición de una dirigencia “espuria”, será una de las “últimas desvergüenzas” de la maestra. A su vez, el nuevo comité paralelo de la sección nueve en el Distrito Federal –que en el mapa de la disidencia se suma a los de Guerrero, Tlaxcala, Michoacán, Zacatecas, Baja California Sur y Chiapas– anunció que en breve presentará una demanda de nulidad y reposición del congreso, ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje.
El nuevo comité democrático de la sección 9 no descarta interponer una denuncia ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) contra la imposición de la dirigencia “espuria” del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) encabezado por Elba Esther Gordillo. De hecho, hoy el comité paralelo, a cargo de Francisco Bravo, se reunirá con integrantes del Centro de Investigación de Asuntos Laborales para preparar las acciones jurídicas en rechazo al congreso que se desarrolló de manera “ilegal” y mediante el cual salió “electa”, en menos de una hora, María Teresa Pérez Ramírez como secretaria general.
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