40 años después, las crónicas de los acontecimientos ocurridos durante el movimiento estudiantil muestran las irracionales acciones del gobierno federal. Los grandes peligros de la amenaza del comunismo han sido devorados por la economía globalizada basada en el conocimiento. Los tanques y el ejército en contra de jóvenes con bombas molotov son la imagen viva de nuestro gusto por el autoritarismo:
A las diez de la noche, justo cuando los líderes del Consejo Nacional de Huelga (CNH) realizaban una reunión en la Facultad de Medicina, tanques ligeros, transportes militares y unos 10 mil soldados tomaron por asalto Ciudad Universitaria (CU). Para un grupo de intelectuales, el movimiento estudiantil se había “transformado en una amplia y viril campaña política en defensa de los derechos y libertades democráticas de todo el pueblo mexicano”, menciona Ramón Ramírez en su libro El movimiento estudiantil de México, editado por Era en 1969. Sin embargo, el gobierno consideraba que “el ambiente sicológico para que unos pocos condujeran a importantes sectores a una aventura suicida estaba ya formado. El ‘lavado de cerebro’ era automático (…) la sugestión colectiva había llegado al grado de efervescencia. “Maestros cincuentenarios se sentían adolescentes junto a la muchachada que se había trasladado a vivir en la universidad. Incapaces de orientar, eran conducidos, junto con los estudiantes, hacia la culminación fatal de un proceso destructivo (…).
Una vez en CU se organizaron varios recorridos para los fotógrafos de la lente, que incluyeron una visita guiada a las aulas con letreros y grafitis irreverentes y obscenos, la exhibición de botellas vacías con estopas que “mostraban” el “peligroso arsenal” de bombas molotov decomisadas a los estudiantes y, lo más revelador, los cientos de jóvenes obligados a permanecer acostados con los brazos extendidos en la explanada de rectoría. Una vez concluida la sesión dirigida, se conminó a los fotógrafos a abandonar CU, pero Daniel Soto permaneció unos minutos captando imágenes, y cuando quiso salir la pinza se había cerrado y se topó con una impasible (e impasable) valla de soldados. Entonces se produjo una escena digna de Costa Gavras, que en realidad es una alegoría de la resistencia civil contra el autoritarismo de Estado y que el propio Soto describe con las siguientes palabras: “No nos dejaban salir, ya eran casi las 12:30 de la noche y había que entregar el material. En avenida Insurgentes estaba el cordón de soldados y uno trataba de salir hablando con ellos, pero no: ‘¡Aquí no pasas! Tenemos órdenes de que nadie salga. ¡Oigan, pero somos periodistas, ustedes nos trajeron! Pues no, no sabemos nada de eso. ¡Aquí no pasa nadie!’ Y en eso pasó uno de los muchachos que trabajaba como fotógrafo, que estaba del otro lado de la valla. Yo ya había quitado el rollo de la cámara, lo traía en la mano y le dije: ‘¡Quiubo!, ¿qué haces aquí? Nada, ando por aquí a ver si puedo entrar. No –le digo–, ¿cómo te va? –le di la mano y le pasé mi rollo; él sintió la película e inmediatamente entendió de qué se trataba. Y le dije–: ‘¡Ándale, vete rápido!’ Se fue y entregó todo ese material”.
Con un llamado a no permitir que se repitan los sangrientos hechos del 2 de octubre de 1968, diputados, senadores, gobernadores, el rector de la UNAM, José Narro, y representantes de la sociedad civil inauguraron ayer la exposición fotográfica Memorias del 68 en el recinto de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF). Jóvenes masacrados, perseguidos, manos en lo alto con la V de la victoria, abusos de los militares, y más íconos fotográficos de aquella parte de la historia de esta capital, estarán expuestos durante los próximos días en el recinto de Donceles y Allende.
El cinerrealizador Nicolás Echevarría proyectó su más reciente documental Memorial del 68. Echevarría confesó: “Memorial del 68 no aporta nuevas teorías sobre los culpables; pretende hacer una reconstrucción de la memoria, ver cómo cada uno de los 57 entrevistados da su testimonio, a veces diferente; es una especie de evangelio del movimiento estudiantil de 1968, donde cada entrevistado aporta su versión, y todas juntas nos dan una nueva. Además, por TvUNAM pasaremos una serie de cinco capítulos de una hora con el resto del material, en octubre”.
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