En 1968, el entonces titular del poder ejecutivo federal, Díaz Ordaz justifica sus acciones violentas en contra de los jóvenes mexicanos. Los consideraba como alienados por oscuros orígenes e incalificables propósitos... ¿de que nos salvo? De absolutamente nada... todo sigue igual para los jóvenes: pobreza y falta de oportunidades.
El cuarto Informe del presidente Gustavo Díaz Ordaz fue precedido por múltiples provocaciones y agresiones armadas contra estudiantes politécnicos y universitarios, la detención de más de 50 jóvenes y su traslado al Campo Militar número uno. El 1º de septiembre de 1968 el mandatario declaró que “todo tiene un límite” y que no permitiría que se siguiera “quebrantando irremisiblemente el orden jurídico”. Díaz Ordaz advirtió ante el Congreso de la Unión: “Agotados todos los medios que aconsejen el buen juicio y la experiencia, ejerceré, siempre que sea estrictamente necesario, la facultad contenida en el artículo 89, fracción VI de la Constitución (…) que textualmente dice: las facultades y obligaciones del Presidente de la República son (…) disponer de la totalidad de la fuerza armada permanente o sea del Ejército terrestre, de la Marina de guerra y de la Fuerza Aérea para la seguridad interior” de la Federación. Para el poblano el movimiento estudiantil y sus demandas, libertad a los presos políticos, derogación de los artículos 145 y 145 bis (delito de disolución social), así como la desaparición del cuerpo de granaderos y el cese de los jefes policiacos del Distrito Federal, eran una “absurda lucha de oscuros orígenes e incalificables propósitos”. Advirtió: “no quisiéramos vernos en el caso de tomar medidas que no deseamos, pero que tomaremos si es necesario; lo que sea nuestro deber hacer lo haremos; hasta donde estemos obligados a llegar llegaremos”.
Sepaquequizodecir con: hasta donde estemos obligados a llegar llegaremos... eran los discursos de ayer... similares a los de hoy.
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