Se complica la situación de la UdeG, entre asuntos académicos, judiciales, políticos y de fuerzas porriles, queda el juego de poder:
Marco Antonio Cortés Guardado, rector sustituto de la Universidad de Guadalajara (UdeG), reconoció que la forma en que se destituyó a Carlos Briseño Torres el viernes pasado “tendrá un costo muy alto” para la institución, pero “ni modo. Lo que nos interesaba era restablecer la seguridad y la integridad”. A pesar de la tensión en la casa de estudios, “no hay ingobernabilidad. La había con él (Briseño). Se restableció la relación entre el rector y los órganos de gobierno de la UdeG”.
El asunto se resuelve en el poder judicial:
A la espera de que el juez tercero de distrito en materia administrativa de Jalisco, Héctor Martínez Flores, defina si procede el amparo definitivo contra la destitución de Carlos Briseño Torres como rector general de la Universidad de Guadalajara (UdeG), la máxima casa de estudios del estado continúa en una crisis institucional. En el inicio de lo que se vislumbra como un largo proceso judicial, ambos bandos afinan estrategias jurídicas en previsión de que un tribunal colegiado de distrito resuelva la pugna. Mientras, entre los trabajadores universitarios prevalece la incertidumbre debido a los despidos de algunos jefes de unidades y departamentos administrativos, particularmente en áreas donde había funcionarios ligados al grupo briseñista, como la oficina del abogado general, comunicación social y la vicerrectoría.
El gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, el Congreso estatal y el alcalde de Guadalajara reconocieron a Marco Antonio Cortés Guardado como nuevo rector de la U de G. El diputado panista Jorge Salinas dijo que lo más sano es reconocer la autoridad del Consejo general Universitario. El alcalde tapatío, Alfonso Petersen Farah, reconoció al nuevo rector porque fue elegido por el máximo órgano de la casa de estudios, el Consejo General Universitario. Petersen incluso insinuó en retomar las negociaciones sobre el estacionamiento del Estadio Jalisco, donde la UdeG pretende construir un centro comercial y un hotel.
El lunes pasado, el gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez respaldó al nuevo rector, Marco Antonio Cortés Guardado, pues “fue nombrado por el Consejo General Universitario”. Sin embargo, ayer se reunió con el director destituido, Carlos Briseño Torres, luego de que el juez tercero de distrito en materia administrativa de Jalisco ordenó la restitución del funcionario cesado. El secretario general, Fernando Guzmán Pérez Peláez dejó claro que el Poder Ejecutivo de Jalisco “trabajará con el [rector] que finalmente el Poder Judicial decida que debe desempeñar el cargo, tan honroso y tan delicado”.
Fuerzas estudiantiles a la espera del nombramiento:
Impulsada por el conflicto que tiene hoy a la Universidad de Guadalajara (UdeG) en la disyuntiva legal de que dos personajes declaran ser el rector general, la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG) podría resurgir como el poder paralelo que fue durante mucho tiempo en esa institución educativa, advirtió hoy Horacio García Pérez, quien fue presidente de la organización estudiantil entre 1979 y 1981. Los dos personajes principales en esta crisis, Carlos Briseño Torres y Raúl Padilla López, fueron militantes de la FEG, cuya actual representatividad se restringe apenas a escuelas secundarias de la zona metropolitana de Guadalajara. Padilla la presidió entre 1977 y 1979 y Briseño intentó, sin éxito, hacerlo en el que fue, de hecho, el último trienio de verdadero poder de la organización (1989-1992), cuando Padilla López, ya como rector general de la UdeG, la desmanteló y auspició el nacimiento de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), que hoy es la que tiene el control mayoritario de los estudiantes.
Seguidores del llamado “líder moral” y ex rector de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Raúl Padilla López, permanecen atrincherados en las oficinas de la rectoría general de esa casa de estudios y en la torre administrativa, donde se concentran los mandos operativos a la espera de las órdenes del “nuevo jefe”. Tras la destitución de Carlos Briseño Torres, quien fue relevado por Marco Antonio Cortés Guardado –hombre cercano a Padilla López–, las instalaciones del Paraninfo Enrique Díaz de León, símbolo de la universidad y uno de los edificios de mayor valor artístico de Guadalajara, permanecen en “custodia” de simpatizantes padillistas, quienes resguardan los accesos principales, así como los balcones centrales, con más de 30 vigilantes que impiden el acceso a toda persona que “no reciba la autorización” de Cortés Guardado.
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