miércoles, marzo 04, 2009

Discriminación y exclusión en la escuela mexicana

Un funcionario en representación de la titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha encontrado la razón por la cual tenemos los terribles resultados en las pruebas de rendimiento escolar, la violencia en la escuela, la deserción, la apatía.... se debe a que la sociedad ha cambiado (como lo ha hecho desde que surgieron las comunidades humanas)... y la diversidad, pues, no tiene cabida en las escuelas públicas:

Manuel Salgado Cuevas, director general de Secundarias Técnicas de la Secretaría de Educación Pública (SEP), rechazó los diversos modelos parentales que se observan en la sociedad contemporánea, toda vez que la familia debe ser reconocida por sus propios rasgos y “no ser confundida con otras formas de convivencia”. En representación de Josefina Vázquez Mota, titular de la SEP, el funcionario contravino los preceptos de la no discriminación contenidos en los libros de texto, al referir que “respaldar otras formas de unión tiene consecuencias graves” en el ámbito escolar.

Las reacciones no se hicieron esperar:

La Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos, Todos los Derechos para Todos y Todas, reprobó la posición del director general de Secundarias Técnicas de la Secretaría de Educación Pública, Manuel Salgado Cuevas, quien la víspera rechazó “otras formas de convivencia” en las familias. Edgar Cortez, secretario ejecutivo de la red, aseguró que este tipo de declaraciones tiende a “fortalecer” dinámicas discriminatorias que de por sí existen en diversos esquemas sociales. “Esto podría exacerbar la idea de que hay un único modo de relaciones familiares, y eso tiene el riesgo de que adolescentes que viven una realidad de familias diversas pueden ser rechazados, fundamentado bajo el discurso de funcionarios como él”.

No quedó más opción que tapar el oso del funcionario con las declaraciones de la propia titular de la SEP, en donde defiende una formación incluyente, y supongo respetuosa de los derechos humanos:

Ante la “desafortunada descalificación a otras formas de convivencia”, expresada justo el Día de la Familia por Manuel Salgado Cuevas, director general de Secundarias Técnicas de la SEP, su titular, Josefina Vázquez Mota, rectificó la posición de la dependencia y aseguró que la formación en el aula debe ser “incluyente”. “Cuando un niño o una niña ingresa al aula no debemos preguntarle su origen étnico, sus creencias religiosas o su forma de vida en su familia”, porque el artículo tercero constitucional además de asegurar una educación pública y laica, también debe garantizar “una educación sin discriminación, una educación incluyente”.

Otros funcionarios también tapan el oso:

El administrador federal de Servicios Educativos en la capital del país, Luis Ignacio Sánchez Gómez, señaló que la visión expresada por Salgado Cuevas fue "desafortunada". "Estoy plenamente convencido de que hoy en día es diferente la conformación de las familias, y lo que debemos hacer es que la educación siga siendo espacio para todos, no importando religión, color, tendencia sexual o color de piel".


Declaraciones como las del referido funcionario no son extrañas en las conversaciones coloquiales de autoridades y docentes, muestran que tenemos un largo, largo, camino que recorrer para alcanzar una democracia madura, respetuosa de los derechos humanos.

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