Al menos desde hace 200 años, México es responsable de su propio presente y futuro. Ni en el presente ni en el pasado ha logrado disminuir la desigualdad, especialmente, en las comunidades indígenas. Las peores condiciones las viven los estudiantes de estas comunidades:
Habitantes de Zequentic, municipio de Zinacantán, en Chiapas, determinaron no permitir la entrada en la comunidad a los maestros bilingües de la escuela primaria El Indio Chiapaneco, debido a supuestas inasistencias constantes y presuntamente involucrarse en cuestiones de tipo político y no educativo. Durante una asamblea, los habitantes acordaron enviar a la Secretaría de Educación Pública (SEP) el cambio inmediato de los docentes y será una comisión de padres de familia quiénes instalen un retén en el acceso principal de la localidad, a fin de impedir la llegada al plantel de los docentes.
Un informe de la Dirección General de Educación Indígena reveló que el 56.4 por ciento de los docentes que dieron clases en el pasado ciclo escolar a unos 800 mil estudiantes de nivel primaria no se han titulado o aún no concluyen sus estudios. Estos niños, quienes estudian en las condiciones más precarias –debajo de palapas, en enramadas o en espacios acondicionados como "aulas"– tuvieron una reprobación de 8.4 por ciento, el doble en comparación con el promedio nacional. De igual manera, la primaria indígena reportó una deserción del 3 por ciento –en relación con el 1.5 por ciento a nivel nacional–, la cual fue superior a la del ciclo 2005-2006.
El desplome presupuestal de 400 millones a 261 millones de pesos en la Dirección General de Educación Indígena (DGEI) ha detenido varios proyectos, pese a que la población escolar que atiende –cerca de un millón 300 mil niños– está en un contexto "más dramático", pues menos de 50 ciento por ciento de los indígenas que ingresan a primaria logran llegar a la secundaria, manifestó Rosalinda Morales Garza, responsable del organismo. Expresó que apenas 10 por ciento de la matrícula en enseñanza indígena, esto es, 130 mil niños, tiene acceso a equipos como Enciclomedia o cuenta con bibliotecas escolares o de aula. Pese a las condiciones de marginación, pobreza extrema y exclusión de los mínimos de bienestar, 88 por ciento de escuelas indígenas mejoraron sus puntuaciones en matemáticas y español, en un promedio de ocho y 13 unidades, respectivamente, en la reciente Evaluación Nacional de Logro Académico en Centros Escolares.
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