El siglo XX representó grandes avances en el bienestar de las mujeres, sin embargo, para crear una sociedad más democrática en México es necesario romper con nuestros esquemas autoritarios y discriminatorios:
Por ejemplo, algunos políticos no defienden los derechos de la mujer:
Los pandilleros son el resultado de que las madres salgan a trabajar, afirmó el alcalde de Irapuato, el panista Mario Turrent Antón, ante unas 200 personas que se habían reunido para celebrar el Día Internacional de la Mujer. "El pandillero es el producto de una madre que tuvo que dejar su hogar para ir a buscar un poquito más de recursos para la familia", aseveró el político. El gobierno de Irapuato quiere trabajar más fuerte "para que la madre regrese a su hogar y nos ayude a abatir ese problema".
Y todavía las familias y el magisterio privilegian a los hombres:
En el foro Mujeres, retos para 2009, al que sólo asistieron cinco diputadas, la presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), Rocío García Gaytán, reconoció que el magisterio "aún ejerce mucha violencia" contra los alumnos y hay discriminación contra las niñas. "Hay rezago de maestros que creen que educar con violencia todavía funciona".
La tasa de alfabetización de las mujeres es de 89.7 por ciento por cada 100, en tanto que en el caso de los hombres el porcentaje alcanza 91.7 puntos. Sin embargo, subrayó el Conapo, hay otros parámetros que hablan de mejoría en las condiciones de la mujer, pues mientras 15.5 por ciento no habían concluido su educación primaria en 1990, la tasa se redujo a 9.6 en 2005.
Aunque la aportación económica de la mujer en el sustento del hogar aún es secundaria, el Conapo indica que mientras 9.9 por ciento de las familias tenían a la mujer como fuente principal de ingresos en 1992, la proporción subió a 15.2 en 2005.
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