En el 2008 se promulgó con bombo y platillo la Ley de Fomento para la Lectura y el Libro. La ley prometía cambios en beneficio del capital cultural y simbólico de los mexicanos:
La Ley de Fomento para la Lectura y el Libro se promulgó, en ceremonia presidencial, el 23 de julio del año pasado. Algunos de sus puntos ya se pusieron en marcha, como el Consejo Nacional de Fomento para el Libro y la Lectura, o un programa de actividades en torno a dichos temas, bajo el título de México Lee. Pero aún no se ha dado a conocer el reglamento de operación de la ley, con el que también comenzaría a aplicarse uno de sus puntos más polémicos: el establecimiento del precio único al libro.
Sin embargo, el paso lento de poner en operación dicha legislación limita las promesas:
La existencia de la Ley de Fomento para la Lectura y el Libro y el impulso a las Bibliotecas de Aula, son medidas que han ayudado pero no han resuelto el problema de la lectura en México. Al recibir el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2008, en la categoría de Lingüística y Literatura, José Moreno de Alba aseguró que “la lectura es un problema grave que hay que atender y resolver” en el cual “falta mucho por corregir y mejorar”. En representación de los creadores e investigadores reconocidos con el galardón, el lingüista dijo que la deficiente enseñanza de la lectura en la escuela pública afecta gravemente la calidad de la educación y es un problema que deben contribuir a solucionar todos los que por su profesión tienen algo que aportar.
Y seguimos leyendo sin poder comprender lo que leemos:
Oficialmente nueve de cada diez mexicanos mayores de 12 años sabe leer, pues el índice nacional de analfabetismo reconocido por la SEP en 2008 fue de 7.8 por ciento. Sin embargo, un análisis detallado de las evaluaciones ENLACE y PISA demuestra que la mayoría de los mexicanos que sabe leer entiende sólo una tercera parte de lo que está escrito, aseguraron profesores y editores que organizan el Séptimo Congreso Educativo Internacional. Después de recordar que en 2006 México ocupó en la prueba de PISA el lugar 43 entre 57 países, evaluados en sus habilidades de lectura y comprensión, representantes de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana y organizaciones no gubernamentales SUMA por la educación y Grupo Loga, subrayaron que las insuficiencias en lectura impiden aprender otras disciplinas.
“El libro de texto no existe, si no se lee” y de nada sirve actualizar el contenido de éstos en los seis grados de primaria, si los maestros no están capacitados para mejorar el aprendizaje de los niños mexicanos, afirmó Eduardo Andere, analista en temas educativos. Al criticar que la reforma integral de la educación básica sólo se hace “desde el escritorio” y no se toman en cuenta las voces de los expertos en cada área de aprendizaje ni la de los padres de familia, comentó que si bien el libro de texto es una herramienta clave en la enseñanza que nunca va a desaparecer, lo cierto es que si el maestro no logra transmitir el conocimiento a sus alumnos, es inútil actualizarlos y complementarlos con el uso de las nuevas tecnologías. En ese sentido, manifestó que en un mundo globalizado es normal que nuestro país quiera incorporarse al uso de la computadora para el sistema de enseñanza, porque esa es la tendencia mundial. Sin embargo, lograrlo a escala nacional en las escuelas públicas será complicado, porque la desigualdad social seguirá marcando brechas en los centros escolares.
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