Las limitadas oportunidades que se ofrecen en el territorio mexicano obliga a los más pobres a migrar a los Estados Unidos. Sin embargo, el bajo nivel educativo repercute en sus oportunidades económicas. Los mexicanos al poseer muy bajos niveles educativos acceden a puestos de trabajo poco remunerados (esta situación será más compleja cuando los robots sean más baratos):
El nivel de estudios de los migrantes mexicanos ha influido en la caída de remesas, dado que determina el nivel de salario y la estabilidad laboral que mantienen en Estados Unidos, advirtió el Colegio de la Frontera Norte (Colef). Detalló que apenas 30 por ciento de los mexicanos que laboran en Estados Unidos cuenta con estudios de preparatoria, lo que contrasta con 70 y 89 por ciento de los migrantes provenientes de China e India, respectivamente, que tienen igual nivel de preparación. La diferencia es mayor en cuanto a la educación superior: El 23 por ciento de los inmigrantes de India en Estados Unidos y 23 por ciento de los de China tienen al menos una carrera universitaria, mientras que sólo 2 por ciento de los mexicanos la tiene, precisa el Colef en el análisis Más migración pero menos remesas, a cargo de Gabriel González-König, investigador del Departamento de Estudios Económicos de la institución.
El envío de remesas desde los Estados Unidos tampoco es útil para mejorar el nivel educativo de los que se quedan, perpetuando el circulo perverso de la pobreza y exclusión:
La migración de mexicanos a Estados Unidos ha afectado negativa y significativamente a la educación en México. Las remesas recibidas no han servido para asegurar y motivar el envío de niños y jóvenes a la escuela. Cuando se ha registrado permanencia en las aulas, eso se relaciona con recursos entregados a las niñas en el Programa Oportunidades, el cual tiene mecanismos condicionantes sobre la asistencia regular a los planteles, aunque en su conjunto tampoco es suficiente para terminar con el rezago, particularmente en el polo opuesto: niños (varones) y jóvenes. En el análisis Migración internacional y escolaridad como medios alternativos de movilidad social, elaborado por Carla Pederzini y Liliana Meza, se advierte que la deserción escolar, especialmente en jóvenes entre 16 y 19 años, constituye un foco rojo para las autoridades escolares.
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