Los dispositivos digitales móviles se están integrando de una manera asombrosa al cuerpo humano. Se han convertido en extensiones de nuestra mente y cuerpo:
¿El teléfono móvil parece una parte de tu cuerpo? Una encuesta mundial ha descubierto que la mayoría de la gente no puede vivir sin su celular, nunca sale de casa sin él y, si le dan la opción, preferiría perder la cartera. La empresa de investigación de mercado Synovate, que llama a los teléfonos el control remoto de la vida, indica en su encuesta que estos dispositivos son tan ubicuos, que el año pasado ya había más gente en el mundo que tenía uno que gente que no. Un 75 por ciento de los más de 8 mil encuestados por Internet en 11 países dijo que llevan el teléfono a todas partes, con los rusos y los singapurenses en primer lugar. Más de un tercio dijo que no pueden vivir sin su móvil, encabezados por los taiwaneses y de nuevo los singapurenses, mientras que uno de cada cuatro considera más difícil sustituir su celular que su bolso.
Sin embargo, estos dispositivos reproducen, amplifican y reverberan los aspectos positivos o negativos de las personas. Los jóvenes los están utilizando para hacer jugarretas, bromas, y ataques al "puerquito de la clase". El acoso escolar siempre ha existido, siempre escondido y poco reconocido. Quizá con la posiblidad de documentar estas conductas con los dispositivos digitales es posible que por fin se decida discutir, analizar y encontrar respuestas:
Un nuevo estudio de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) arrojó que a través del ciberbullying, 61% de los estudiantes de secundaria han sido insultados; 49% robados, 28% amenazados; 26% excluidos; 29% golpeados e incluso que 1.8% es abusado sexualmente por compañeros. La autora de la investigación, Luz María Velázquez Reyes, aseguró que este fenómeno se ha convertido en una “amenaza real para los estudiantes”, ya que a través del uso de tecnología como los chats, los celulares y el Internet en general, se han detectado casos de “complots” o invitaciones orquestadas a la violencia contra uno o varios adolescentes. Según la investigación realizada en escuelas públicas, se detectó que al menos 33% de los estudiantes ha sufrido extorsiones telefónicas; 30% ciberbullying, básicamente de carácter sexual; 12% amenazas; 12% víctima de violencia generada por relaciones amorosas; 7% mobbing o acoso laboral; y 6% fue intimidado por diferencias políticas o discriminación.
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