Los medios impresos hacen un recuento del más reciente secretario de Educación Pública:
El 6 de abril de 2009, el presidente Felipe Calderón designó a su amigo Alonso Lujambio Irazábal como secretario de Educación, quien se comprometió a hacer política en la dependencia para mejorar el sistema educativo. En la ceremonia en Los Pinos, el recién nombrado titular de la SEP aseguró que su prioridad sería sacar a flote la Alianza por la Calidad de la Educación, el polémico acuerdo entre el primer mandatario y la lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Sin embargo, 12 meses después, Lujambio no ha podido ganar margen de acción al sindicato para mejorar al sistema educativo y, en cambio, se mantienen intactos mecanismos como Carrera Magisterial que, según afirmaciones de funcionarios de la SEP y líderes del SNTE, es “perverso”.
Las modificaciones a los lineamientos del Programa de Carrera Magisterial (PCM) contempladas en la Alianza por la Calidad de la Educación (ACE) están paralizadas y no se vislumbra ninguna fecha próxima para que Secretaría de Educación Pública (SEP) y Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) cumplan este compromiso. El pacto firmado hace casi dos años entre el gobierno federal y el gremio encabezado por Elba Esther Gordillo planteaba hacer cambios en los requisitos que este programa pedía para que los maestros obtuvieran un mejor ingreso.
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) afirmó que en la Secretaría de Educación Pública (SEP), que encabeza Alonso Lujambio, prevalece un desmedido interés político personal y una notable falta de seriedad para atender las demandas laborales, profesionales, salariales y de prestaciones para más de 1.5 millones de agremiados, al considerar que la dependencia desestima la labor que realizamos en cada rincón del país.
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