En la nómina se encontró a un maestro que ganaba 96 millones de pesos, pero su Registro Federal de Causantes no correspondía a ninguna persona real. Otro docente cobraba un salario por doble plaza, sólo que en la mañana daba clases en Quintana Roo y por la tarde era en Sinaloa. Hay casos de secretarias e intendentes que por años han recibido un salario de maestros, escuelas sin maestros y otras donde sobran los profesores, además de un sinnúmero de comisionados que realizan actividades extraescolares, electorales. Por estas causas, organizaciones de la sociedad civil demandaron hacer público el padrón nacional de maestros para que termine la corrupción y opacidad que existe en el sistema educativo. Organizaciones como Mexicanos Primero, México Unido contra la Delincuencia y Causa en Común, llamaron a los jefes del Ejecutivo federal y estatales, así como a los legisladores a establecer el mecanismo que haga cumplir lo ordenado por el decreto de Presupuesto de Egresos de la Federación en el artículo 9 fracción IV, de hacer público a partir del 30 de junio el número de profesores en el aula, directores, su formación profesional, la categoría que ocupan y los años de formación docente o capacitación recibida.
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