La violencia en el norte causada por el narcotráfico y la violencia en el sur causada por conflictos entre grupos de partidos políticos generan que las escuelas cierren.
En Oaxaca, las constantes balaceras ocurridas en la zona triqui, obligan a unos 500 niños y niñas de preescolar, primaria y secundaria dejar de acudir a las aulas desde hace cuatro meses. La Asamblea Estatal de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), en su más reciente sesión, mantuvo su decisión de no entrar a la región triqui, por la falta de garantías de seguridad para desempeñar su labor educativa. En San Juan Copala las primarias Vasco de Quiroga y Renovación suspendieron clases desde enero pasado, afectando a 290 alumnos; la secundaria federal, con 70 estudiantes, también fue cerrada a partir de la disputa por la agencia municipal de San Juan Copala entre las organizaciones Movimiento Unificador de Lucha Triqui Independiente (MULTI) y Unidad de Bienestar Social de la Región Triqui (Ubisort). Asimismo, unos 200 alumnos de la comunidad de La Sabana están sin clases debido al cierre de la primaria Juan de la Barrera y el plantel preescolar Narciso Mendoza; los profesores de Telesecundaria también dejaron sus centros de trabajo, por temor a ser víctimas de una bala perdida.
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