Al margen de la descentralización educativa que desde hace dos décadas se impulsó en las diferentes entidades del país, el Gobierno del Distrito Federal logró que la Secretaría de Educación Pública (SEP) le transfiriera la operación de los 242 centros comunitarios que imparten educación prescolar en la capital. Durante años, estos centros, que atienden a una población de 12 mil 400 menores de zonas de alta marginación, habían permanecido en el olvido para la dependencia federal, e incluso estuvieron en riesgo de desaparecer por las nuevas disposiciones de las autoridades educativas, sobre todo en materia de seguridad. Sin apoyo gubernamental, los kínderes subsisten en condiciones precarias en casas o inmuebles prestados y operan mediante cuotas simbólicas que las madres beneficiadas aportan. De la SEP han obtenido la validez y reconocimiento de la educación prescolar que imparten, pero también múltiples presiones para operar.
El presidente de la Comisión de Educación de la Asamblea Legislativa, Octavio West Silva, consideró positiva la decisión de la Secretaría de Educación Pública (SEP) de transferir al Gobierno del Distrito Federal la operación de 242 centros comunitarios de educación prescolar aunque observó cierta perversidad por parte de la dependencia federal al ceder espacios en los que no estaba dispuesta a realizar ninguna inversión para su regularización y mantenimiento, gasto que deberá asumir la administración local.
El proceso de descentralización educativa data de varias décadas pasadas. Pero, el cambio de ideas es mucho más lento, parece que dependen más de la muerte de algunos personajes que de la capacidad de aprendizaje de los mismos personajes.
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