viernes, abril 22, 2011

las escuelas mexicanas ni cuidan la salud de sus estudiantes ni enseñan

Los gobiernos federales y la sociedad mexicana del futuro próximo tendrán que lidiar con un tema candente. El caso es que la sociedad mexicana pasó de tener un bono de juventud a un bono de muerte y discapacidad prematura, gracias a enfermedades como la diabetes o la insuficiencia cardiaca. A pesar de los esfuerzos de la Secretaría de Salud para prevenir estos problemas, la SEP y el Congreso simplemente se cruzan de brazos y evitan que las escuelas traten de alcanzar una buena calidad educativa. Siendo lugares más sanos que demostraría que se preocupan por sus estudiantes y futuros ciudadanos. La evidencia científica demuestra que un estudiante sano aprende más. ¿Y cuál es el principal problema de las escuelas mexicanas? Que sus estudiantes no aprenden tanto como podrían hacerlo.

Primero, se permite que el libre mercado comercie con la salud de los estudiantes, la SEP y el congreso apelan a la buena voluntad de las empresas que venden comida chatarra. Segundo, las limitadas condiciones de las escuelas, el poco interés por contar con buenos maestros de educacción física y la abulia de los legisladores, impiden que los estudiantes puedan hacer lo que todo niño hace muy bien: ejercicio. Las escuelas mexicanas siguen considerándose como los gallineros, con estudiantes apretujados y comiendo comida que engorda:

El Senado quitó la obligatoriedad a las escuelas públicas para que los niños hagan ejercicio por lo menos 30 minutos diarios; a cambio, propuso que la autoridad sólo “procure” la actividad física de los menores. El cambio que fue propuesto por Rafael Ochoa, senador de Nueva Alianza y secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), y avalado por el pleno. Con el voto del PRI y el PAN, el Senado regresó con cambios a la Cámara de Diputados la minuta de la denominada ley antiobesidad. El senador de Nueva Alianza había advertido que “la mayoría de los planteles educativos carecen de infraestructura –patios, canchas y campos deportivos–, e incluso de maestros de educación física”.

En los siguientes años, en las escuelas mexicanas en lugar de otorgar el libro de texto gratuito, se tendrán que dar inyecciones de insulina para controlar la diabetes de los estudiantes.



No hay comentarios: