Hace una década el PRI tuvo diferencias con la lideresa del SNTE y su relación entre el partidazo y el sindicato cambió. El resultado fue la diversificación de las relaciones entre el SNTE y los partidos políticos, los gobiernos federal y estatales, además creó su propio partido político. Hoy el PRI desea ser apapachado por la lideresa:
El precandidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al gobierno del estado de México, Eruviel Ávila Villegas, indicó que necesita el apoyo de la lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo, pues será fundamental para ganar las elecciones; además, reiteró que requiere de todos los priístas. En su último día de precampaña manifestó: Necesito de la maestra Elba Esther (Gordillo); necesito de los maestros del estado de México del sector federalizado, de los maestros estatales; necesito de todos. En la entidad hay más de 88 mil maestros sindicalizados estatales, la mayoría afines al PRI, en tanto que hay unos 70 mil profesores federalizados incorporados al SNTE.
La lideresa mantiene su estrategia de mantener relaciones múltiples, cada estado federal es distinto:
La presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo Morales, aseguró que este organismo es patrimonio de la nación, por lo que no pertenece a ningún partido político. “Bien lo dice el Quijote, habrá muchos que no me atrevería a decir la palabra, pero habrá muchos que nos cuestionen, compañeras y compañeros, (…) que quede claro que el SNTE no es patrimonio de ningún partido, somos patrimonio de la nación”. Durante su visita a la capital poblana, donde presenció la firma del convenio Impulso por la Calidad Educativa —que se celebró en el Museo de Arte Virreinal— advirtió que “al magisterio se le respeta”. Asimismo reiteró su apoyo al gobernador panista Rafael Moreno Valle, con quien aseguró que los docentes “se la seguirán jugando”. Afirmó que el SNTE no será incondicional de ningún gobierno.
México es un país atrapado en una serie de mitos políticos muy recientes, escasos 100 años. Nuestra democracia sigue siendo muy débil por la reticiencia de los partidos políticos de repensar el sistema del poder ejecutivo. Mientras se recicle el presidencialismo mexicano, una seudo metáfora de una aristocracia que utiliza el despotismo no ilustrado, seguiremos a la cola de los países desarrollados y pronto seremos rebasados por izquierda y derecha por el resto de Latinoamérica.
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