Una nueva celebración de la matanza del 2 de octubre en la ciudad de México. Desde 1968 el gobierno federal se ha dedicado a fabricar supuestos terroristas comunistas que desean entregar el país a la URSS (que ya no existe) o a Cuba (que tiene muchos problemas económicos como para gobernar el mundo) o a Venezuela (a pesar de que México se vincula mucho más con los Estados Unidos que con Latinoamérica. En el caso de 1968, no hay culpables. Ni de los supuestos gobiernos rojos y comunistas, ni de los responsables del gobierno federal de aquél entonces, ni de los soldados que dispararon a la muchedumbre. Es más con los informes desclasificados de la CIA se sabe que al menos un expresidente era un espía de la CIA, en otras palabras un empleado de un gobierno extranjero. Que si se cumpliera la constitución mexicana el personaje en lugar de haber sido presidente sería un traidor a la república.
Se sigue acumulando evidencia de que todo fue el sueño trasnochado de ambiciosos políticos deseosos de obtener la gracia de los Estados Unidos para ser eminentes políticos y llegar a ser presidente de los Estados Unidos Mexicanos:
Desde 1960, el entonces dirigente de la priísta Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), Alfonso Corona del Rosal, y Alfonso Martínez Domínguez, con apoyo de los militares –que luego se convertirían en generales– Manuel Díaz Escobar y Humberto Bermúdez Dávila crearon el grupo de choque que inicialmente se conoció como De la Lux, cuyos integrantes actuarían como francotiradores el 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas, afirma la historiadora María de Los Ángeles Magdaleno Cárdenas. Para el 10 de junio de 1971, ese mismo grupo, entonces ya identificado como Halcones, participó en la represión contra maestros y estudiantes en la ciudad de México. Con base en documentos obtenidos apenas el pasado viernes en el Archivo General de la Nación (AGN), la historiadora señala que para 1969, Corona del Rosal controlaba la zona de la Cuchilla del Tesoro, donde habitaban al menos 500 miembros de De la Lux, integrado por luchadores, boxeadores y locatarios de La Merced. “Los mismos que en 1971 entrenaban allí como halcones.
Desgraciadamente, el gobierno federal, a pesar de que han pasado 40 años y el mundo es diferente (es más, el bloque socialista ha desaparecido de la historia reciente), sigue fabricando terroristas de la misma forma; estudiantes de las principales universidades públicas de la ciudad de México. Ahora un nuevo supuesto terrorista aparece para vincularlo a explosiones en bancos:
Villareal Gómez es egresado de excelencia de la carrera de sociología en la UAM-Xochimilco, aunque ya había sido expulsado de la UNAM por la toma de las instalaciones universitarias en 1999. Su activismo se remonta a ese año e incluye movilizaciones de apoyo al Consejo General de Huelga, de la UNAM, y a la Asamblea Popular de Pueblos de Oaxaca. Funcionarios de la PGR informaron que el joven egresó con promedio de 9.6 de la UAM-Xochimilco, misma escuela donde impartió clases el subcomandante Marcos, líder del EZLN, identificado por las autoridades como Rafael Sebastián Guillén Vicente. La misma técnica que se utilizó para identificar al líder rebelde se usó ahora para detener a Ramsés Villarreal Gómez, quien actualmente realizaba su servicio social en la revista Argumentos, de la UAM-Xochimilco.
La esposa de Villarreal Gómez, Elizabeth Ángel Palmillas, definió a su pareja como una persona “consciente de la problemática social el país y de las políticas represivas del Estado mexicano hacia sus críticos”. La PGR detuvo en las inmediaciones de la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco a Ramsés Villareal Gómez, identificado como el presunto autor de los ataques con artefactos explosivos en sucursales bancarias, tiendas de ropa y agencias automotrices del Distrito Federal. El estudiante fue consignado ayer mismo al Reclusorio Sur como probable responsable del delito de terrorismo.
Las acusaciones resultaron demasiado endebles, pues con base a una fotografía obtenida en un cajero automático se le vincula con las explosiones... en los casos reales de terrorismo en el mundo, los terroristas preparan mejor sus indefendibles actos; baste leer los datos de los terroristas que han realizado ataques a los Estados Unidos, España o Reino Unido:
Ramsés Villarreal, quien fuera acusado de ser el presunto responsable de las explosiones perpetradas durante septiembre contra sucursales bancarias, una tienda de ropa y una agencia automotriz en la Ciudad de México, aseguró que su detención fue para configurar una entrada triunfal para el nuevo procurador Arturo Chávez Chávez. “Creo que en esta ocasión era la entrada triunfal del procurador Arturo Chávez Chávez decir que había encontrado al culpable o a los culpables de las explosiones de los bancos, y en esta ocasión, pues, buscaron quién se las pagara”, declaró a Milenio Televisión, entrevistado por Joaquín Fuentes. Villarreal dijo que desde su detención hasta su liberación fue sujeto de torturas por parte de integrantes de la Procuraduría General de la República, quienes le insistieron que sirviera como testigo protegido y como enlace para detener a otras personas “que ellos ya habían elegido”.
Sin embargo, como hace 40 años en el presente algunos periódicos y periodistas siguen el juego de crear terroristas en la universidades públicas de la ciudad de México. En un país de 32 estados federales, con 107 millones de habitantes, ¿Por qué los terroristas solamente se forman en las universidades públicas de la ciudad de México? ¿No sería más lógico crear células terroristas en otras universidades en los 32 estados federales? ¿Por qué los terroristas mexicanos son comunistas y leen a Marx, y no tenemos fundamentalistas religiosos, o racistas? ¿Por qué no tenemos terroristas de extrema derecha? ¿Por qué los terroristas no terminan sus estudios profesionales? ¿Por qué no son desertores del bachillerato, por ejemplo?
Además de Ramsés Villarreal Gómez, la indagatoria de la Procuraduría General de la República (PGR) sobre los ataques del mes de septiembre a bancos y establecimientos comerciales en el Distrito Federal involucra a otras nueve personas.
De acuerdo con los perfiles contenidos en el expediente, se trata de jóvenes de entre 20 y 30 años, con tendencias políticas subversivas, la mayoría “fósiles” de universidades o preparatorias y ligados a grupos de choque.
Según fuentes allegadas a la indagatoria, una de las líneas de investigación relaciona a los agresores con redes de apoyo a grupos guerrilleros mexicanos y extranjeros, como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
También, con movimientos en defensa del pensamiento bolivariano, de ahí la conexión que ha establecido la dependencia con Sonía y Lucía Morett, esta última sobreviviente de una embestida del ejército colombiano a un campamento de las FARC en marzo del año pasado y hoy buscada por la Interpol en 186 países a petición del gobierno de Álvaro Uribe.
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