Desde abril de 2009 el virus AH1N1 ha causado serios problemas al sistema educativo mexicano; los estudiantes y maestros enferman, se cierran escuelas. A pesar de las vacaciones de verano y la desinfección de las escuelas, el contagio regresó con el inicio del nuevo ciclo escolar.
Las escuelas tienen dos dificultades para mitigar los contagios del virus. El primero se refiere a que no cuentan con agua corriente, ni jabón o alcohol en gel. Estos aspectos son poco relevantes para las autoridades educativas, los docentes y las familias, por ello, no se invierte en tener instalaciones higiénicas. En este sentido, la noción de calidad educativa no es integral y se refiere a aspectos de enseñanza o gestión escolar. El segundo aspecto se relaciona con la gran cantidad de alumnos que se tienen en las aulas y que pasan muchas horas encerrados en el mismo lugar. Esta circunstancia se suma a las prácticas educativas de "juntar" a todos los alumnos en los mismos lugares al mismo tiempo. No existen procedimientos escalonados o diferenciados. La escuela sigue el modelo de la fábrica del siglo XIX y principios del XX.
En la encuesta se analizan algunas de las estrategias que el gobierno federal ha estado impulsando para mitigar los efectos de la influenza en el sistema educativo. Desde el punto de vista de los lectores de Café Educación: 50% opina que la estrategia más adecuada es dotar de agua, jabón y alcohol en gel a las escuelas. 25% concuerda con la estrategia de cerrar parcialmente las escuelas. Esta estrategia, sin embargo, genera el problema de la pérdida de días del calendario escolar. 21% considera que sería necesario reducir el número de estudiantes en las aulas. Solamente 4% considera de utilidad crear aulas virtuales.
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