El sistema educativo público del territorio mexicano no ha podido disminuir en 100 años la inequidad educativa. Algunos tienen muy poco, generalmente las zonas rurales e indígenas:
Hace muchos años en un pueblito muy alegre llamado Mexicapan, todos los habitantes vivían muy contentos, no peleaban, todos compartían lo que tenían y convivían… Ese pueblo era gobernado por un rey que se llamaba Cuahutli, el rey no era malo”. De esa manera inicia el texto que para el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe) mereció el primer lugar nacional en el concurso Cuento a los Símbolos Patrios. Su autora es Esmeralda Suárez Pérez, de 11 años, y estudiante de la escuela primaria Benito Juárez del Conafe, enclavada en la comunidad Rincón de Arrayanes, en la sierra del municipio de Luvianos. Sólo es la historia de Sasque, un niño pobre que da como regalo de cumpleaños a su gobernante una manta blanca manchada de sangre de su conejita y del verde de las hojas, con el dibujo del águila que minutos antes había lastimado a su mascota y en esos momentos estaba devorando una serpiente. El deseo de Sasque y su afán por ofrecer el mejor regalo al rey que “no es malo”, fue confeccionado por Esmeralda, alumna de la primaria que desde la década de los setentas, cuando su padre estudiaba ahí, hoy sigue constando de un salón de seis por cuatro metros cuadrados, un cuarto de menores dimensiones que es a la vez la biblioteca escolar. Hay dos baños —para niñas y niños— que sólo dan servicio a sus dos hermanos, un primo y tío que también asisten a clases, aunque ya sin Esmeralda, pues para el presente ciclo escolar forma parte de las nueve jovencitas que van a la secundaria —también del Conafe— de la comunidad Hormigueros, en la cima del cerro a cuatro kilómetros de su casa. “Todos los días camino más o menos 50 minutos de ida y otros 50 de venida, me canso un poco y lo malo es cuando llueve”, platica Esmeralda a EL UNIVERSAL cuando fue interrumpida por la risa de su mamá Inocenta Pérez Cortés, quien le recordó que el lunes llegó “toda empapada” por haber olvidado el paraguas.
Los servicios de salud y de educación que otorga el gobierno federal a las familias más pobres mediante el programa Oportunidades tienen deficiencias que deben resarcirse, señala la Evaluación de Desempeño 2008-2009 del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). La calidad educativa debe mejorar tanto en términos de infraestructura y equipamiento como en enseñanza.
Otros tienen, mucho. Generalmente escuelas consentidas en grandes ciudades, apapachadas por supervisores y autoridades educativas. ¿No podríamos apapachar y cuidar a todas y cada una de las escuelas públicas mexicanas? No es la crisis financiera, no es la injerencia de países dominantes, no es una guerra. Es el desinterés de toda la sociedad mexicana que incluye a maestros, políticos, empresarios, estudiantes y familias. Los ejemplos positivos los tenemos:
Sus aulas escolares son, literalmente, una fabrica de jóvenes prodigio. Muy pocas escuelas del país pueden presumir lo alcanzado por el bachillerato Ricardo Flores Magón de esta capital veracruzana, el cual logró que decenas de sus estudiantes fueran reconocidos entre los más inteligentes de todo el país. “La Oficial B”, como es conocida la escuela pública, es un semillero de jóvenes que arrasan en las principales olimpiadas de conocimiento y en las últimas dos décadas, de acuerdo con documentos oficiales, el colegio de bachilleres descolló en áreas de conocimiento como informática, historia, matemáticas, química y biología, donde 462 de sus estudiantes obtuvieron los mejores puntajes y conocimientos en México. Por si no fuera suficiente, 70 escolapios de “La Oficial B” lograron los mayores puntajes en los encuentros nacionales y 19 más ganaron medallas en torneos internacionales, donde debieron enfrentar a representantes de hasta 68 países. Han obtenido los primeros lugares en la Olimpiada Iberoamericana de Matemáticas celebradas en México, Turquía, Canadá y Chile; y representaciones en las Olimpiadas Internacionales de Física de China, Australia y Noruega.
“El secreto, desde que se fundó la escuela, tiene que ver con perseverancia y trabajo diario. Es una escuela de calidad, que forma excelentes profesionistas y aquel que llega aquí sabe que le está apostando al trabajo y a la cultura del esfuerzo constante”, explica la directora del plantel, Alejandra Pensabé Rodríguez. Más allá del mérito intelectual y la inteligencia que pudieran tener los jóvenes, afirma la funcionaria, los resultados obtenidos tienen que ver con perseverancia y trabajo diario. En realidad hay tres secretos básicos para tanto éxito académico. El primero de ellos es que los maestros que imparten alguna materia siempre tienen el perfil más adecuado. “El maestro que se ha formado en biología, es un doctor en Biología y contagia ese amor que siente por su área a los jóvenes”, relata la directora. El segundo secreto es la inclusión en las actividades “paraescolares” (como basquetbol, movimiento y creatividad, gimnasia artística, artesanías, círculo de lectura, creación literaria) de olimpiadas del conocimiento en áreas como informática, historia, matemáticas, química y biología. “La idea es que si tienen el interés por alguna área, se les fortalece y el compromiso es que participan en los concursos (…) esta escuela fue la única que tuvo autorizado que en actividades paraescolares se incluyeran las olimpiadas de conocimiento”, relata la maestra. Y finalmente, otro de los “secretos” son pequeños grupos de estudio que se reúnen los sábados en la propia escuela y cuyos maestros son los propios alumnos destacados que pasan sus conocimientos. En la última prueba ENLACE, 99.3% de los estudiantes de la escuela obtuvo un nivel bueno y excelente en comprensión de lectura y 96.7% en habilidad matemática.
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