el derrumbre de la educación secundaria en México

Los viejos problemas de la educación pública en México han pasado de la primaria a la secundaria. Si bien, la educación primaria se ha universalizado y ha comenzado en interesarse por ofrecer una educación de buena calidad; en el siguiente nivel escolar, la cosa de derrumba. Los jóvenes desertan, reprueban, se dedican a la lucha libre que suben a internet, en fin, una enorme cantidad de problemas. El asunto se vincula con la poca relación que existe en México entre educación y nivel de vida. Estamos tan acostumbrados a tener una economía de guerra que a 200 años de la independencia y 100 de la revolución mexicana solamente alimenta a algunos políticos y algunas empresas, el resto seguimos aspirando lo que promete la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos:

En México, como en la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, estamos a punto de perder a la primera generación del siglo XXI, pues las condiciones de educación, empleo y vivienda se han deteriorado para millones de jóvenes en la región, quienes ahora deben duplicar la escolaridad que alcanzaron sus padres, para tan sólo intentar igualar, ni siquiera mejorar, las condiciones socieconómicas de la generación que los antecedió, afirmó José Antonio Pérez Islas, coordinador del Seminario de Investigación en Juventud (SIJ) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Claudia (20 años) cursa licenciatura en diseño industrial en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). Alumna destacada desde la secundaria, ingresó en la educación superior con una meta clara: ganar dinero y tener con qué viajar, y quizá, vivir en otro lugar menos violento. No cree que sus buenas calificaciones le garanticen un empleo de calidad, pues asegura que su hermano, quien también cursó diseño industrial, lleva tres años buscando chamba y no le cae nada, por eso decidió estudiar una maestría; a ver si con eso le dan trabajo.

La escolaridad pierde sentido en un mundo basado en el conocimiento pero con una economía basada en bajos salarios:

El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) revela que 6.8 por ciento de los adolescentes en edad de cursar la secundaria abandonan las aulas cada año, por lo que 410 mil menores no concluyen este nivel. De los que desertan, 37.4 por ciento no continuó su formación porque no le gustó estudiar, mientras que otro 35.2 por ciento desertó por cuestiones económicas. Croso indicó que uno de los grandes problemas de las naciones latinoamericanas para abatir la deserción es hacer de la escuela un entorno con enseñanzas significativas, que representen algo en la vida de los jóvenes.

La violencia en las escuelas secundarias sigue creciendo, se encuentra dentro y fuera:

Padres de familia de la escuela secundaria Joaquín Arcadio Pagaza, en la colonia Izcalli Jardines, en Ecatepec, Estado de México, exigieron a la SEP estatal supervisar las actividades de este plantel, debido a los constantes casos de bullying que en su interior y exterior se suscitan, donde fue golpeada una joven de 14 años. Mónica Mora Herrera, madre de la alumna Stephanya Dominica, refirió que el pasado 26 de mayo su hija fue golpeada severamente por Elizabeth, estudiante que cursa el mismo grado pero en otro salón. El médico legista dictaminó que Stephanya necesita someterse a una cirugía de la nariz. Desde hace dos meses enfrentaba agresiones verbales y hostigamiento por parte de Elizabeth, quien presuntamente no vive con sus padres y tiene problemas de drogadicción. Mora Herrera dijo que “las investigaciones van muy lentas, además de que perdieron el expediente. Hemos tenido tres reuniones conciliatorias con el papá y los tíos de la agresora, pero no hemos podido llegar a ningún acuerdo porque sólo ofrecen 5 mil pesos para liquidar los gastos médicos que son superiores a los 20 mil pesos.”

Alrededor de 2 mil 500 alumnos en el municipio de Altamira son víctimas de la inseguridad, ya que sus escuelas se sitúan en colonias con altos índices delictivos y han sido golpeados y asaltados, por lo que en seis escuelas de la colonia Laguna de la Puerta se pidió el resguardo policiaco al ingreso y a la salida de los alumnos. El jefe de la oficina regional para el Desarrollo Educativo, José Luis Rivas, indicó que el pandillerismo afuera de algunas escuelas se ha convertido en un verdadero problema para los planteles y sus alumnos, por ello están pidiendo que se establezca un programa especial de vigilancia.

El sistema educativo propone un nuevo programa piloto para atender el asunto:

A partir del próximo ciclo escolar se pondrá en marcha un programa piloto en secundarias de la capital con el fin de detectar y prevenir adicciones entre los estudiantes. La intención es iniciar con la medición de los niveles en aquellos planteles que han reportado un alto consumo de enervantes, detectar a los estudiantes en riesgo y aplicar con ellos un programa de habilidades para la vida y prevención de adicciones. En el Distrito Federal alrededor de 15.4% de la población estudiantil de nivel secundaria ha tenido contacto con las drogas, pero no enfrenta un problema de adicción. Como Lorena, quien cursa segundo de secundaria y a sus 14 años ya ha consumido alcohol, probado mariguana y activo, sin dar señas de ello porque es uno de los promedios más altos. Cada fin de semana, Lore, como la llaman en casa, se reúne con 10 amigos para ir al cine, fiestas y tocadas, después se detiene en una vinatería para que el único del grupo que tiene mayoría de edad haga la compra de rutina: vodka, tequila o cerveza y después se dirigen a casa de alguno de ellos.

Los centros escolares pierden con mayor rapidez su sentido y significado. No parece que la estructura escolar de hace 200 años sea adecuada en el siglo XXI. El esquema rígido de ordenar a los estudiantes por edad y con programas que tratan de explicar el pasado y no de funcionar en el presente genera desinterés y la búsqueda de novedades por los jóvenes. Esto no es nuevo, ya la generación que gobierna el país, es la misma generación que inventó el sexo, drogas y rockandroll. Y en lugar de cambiar el mundo, se han hecho viejos como sus padres y las escuelas siguen siendo los mismos espacios sin sentido y significado para la juventud.