Siempre se ha sabido que en México las matemáticas "son el coco" de los estudiantes. La escuela hace poco por presentar a la matemática como una herramienta para el siglo XXI, los maestros la siguen tratando como un asunto misterioso o esotérico. Los resultados: no sabemos resolver problemas matemáticos; a pesar de que todos tenemos habilidades matemáticas no movilizamos nuestro conocimiento para encontrar posibles soluciones a los problemas:
Ante el fracaso en la enseñanza de las matemáticas, el crimen perfecto es culpabilizar a la víctima y decir que el maestro no sabe o que el alumno no quiere aprender, cuando la realidad nos confirma que no es así. Desarrollan saberes matemáticos, aunque éstos no se reflejan en los resultados de pruebas estandarizadas, aseguraron investigadores del Departamento de Matemáticas Educativas del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional. Francisco Cordero, coordinador académico del Departamento de Matemáticas Educativas, destacó que en el aula no existe un mensaje matemático que atrape a todos los alumnos, incluso a los que no serán científicos, y les haga entender que es saber que aplican en su vida cotidiana, es decir, el discurso matemático escolar se separó del sentido común. Actualmente, indicó, existe una preocupación máxima por conocer qué saben los alumnos de matemáticas, por eso la aplicación de evaluaciones estandarizadas, pero no se le pregunta al estudiante de primaria o secundaria cómo usa ese conocimiento. Los modelos educativos no se preocupan por entender los usos del aprendizaje, sólo de su acumulación, qué sabe y qué no sabe, descuidando su funcionalidad.
Sin lograr que una buena parte de los estudiantes desarrollen este tipo de inteligencia, seguiremos estancados en el siglo XVI, atenidos a la venta de materias primas con una economía de subsistencia con pocos ricos y millones de pobres:
Sin una política pública que impulse el desarrollo de la educación, pero sobre todo que garantice el apoyo a jóvenes con talento científico y matemático, México está condenado a permanecer como una nación en subdesarrollo, atrapada en su rezago, afirmó Radmila Bulajich Manfrino. Aseguró que para los mexicanos las matemáticas no son un problema. Los bajos resultados en el desempeño académico de esta disciplina, explicó, están más vinculados al sistema educativo y no a los estudiantes. Hay talento en todos lados, pero falta apoyo para descubrirlo y brindarle las oportunidades para su desarrollo. Afirmó que desde hace dos años la Secretaría de Educación Pública (SEP) no nos ha dado ningún apoyo, he solicitado una reunión con las autoridades educativas, pues existe un programa de apoyo a jóvenes talentos, pero no hemos tenido ninguna respuesta. Los jóvenes, aseguró, son el futuro de la ciencia. Son lo que marca la diferencia entre ser un país que importa el saber y la tecnología o ser uno que, a la par de las naciones desarrolladas, genera conocimiento que sabe aprovechar y compartir.
Los jóvenes mexicanos piensan que el problema es la escuela.... no son los estudiantes:
El principal obstáculo para vencer el temor a las matemáticas es superar un modelo aburrido y repetitivo en su enseñanza, aseguraron jóvenes ganadores de la 13 edición de la Olimpiada de Matemáticas de Centroamérica y el Caribe, quienes subrayaron que en la región son muy pocos los estudiantes que se interesan por disciplinas como álgebra, aritmética o geometría, a pesar de que es tan interesante como cualquier videojuego o deporte, e incluso más, porque puedes construir tus propias soluciones. Alumnos de secundaria y bachillerato de Costa Rica, El Salvador, Venezuela, Colombia y México, quienes obtuvieron una participación destacada en el encuentro, afirmaron que no hay una fórmula mágica para aprender matemáticas, sólo se necesita esfuerzo y cierto grado de creatividad, pero el trabajo constante siempre le gana al talento.
El sistema escolar se encuentra en los últimos vagones del tren de la sociedad del conocimiento. Resulta una paradoja, pues fue la invención de la escuela de educación básica la que puso las vías y andamios para el surgimiento de las sociedades del conocimiento. Solo se necesitaron un par de siglos para pasar de tener una población mundial analfabeta a una población mundial alfabetizada y con acceso a niveles mayores de educación. Un avance impresionante. El éxito de una organización tan especializada genera mucha resistencia al cambio, es una vía rápida a la extinción en contextos de cambio rápido. En el mundo actual, las escuelas ya no son la locomotora social, de manera muy rápida pasaron a los vagones medios y ya se encuentran cerca del cabuz. Las sociedades del siglo XXI están creando otros lugares para aprender, más ricos, más interesantes, más profundos. La pregunta es: ¿Podrá la escuela ajustar su diseño, sus objetivos y métodos para potenciar el aprendizaje humano? ¿Será poco a poco, cuando muera la generación que vivió todavía un mundo analfabeto, convertida en una institución periférica como lo es el teatro y el circo?
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