La Secretaría de Educación Pública (SEP) lanzará por primera vez un sistema de créditos –administrados por las Sociedades Financieras de Objeto Limitado (Sofoles)–, mediante el cual los estudiantes podrán adquirir una deuda para cursar sus estudios en universidades privadas y públicas, la cual deberán pagar al término de su carrera.
La propuesta generó diversas reacciones:
Según legisladores y expertos el sistema de créditos representa la renuncia del Estado a su responsabilidad, violenta el principio de gratuidad de la educación “al privatizar el financiamiento” y coloca al Estado como “promotor y garante del endeudamiento” de los estudiantes. Esta propuesta debe ser “ampliamente discutido con la comunidad universitaria antes de su aplicación”, pues aseguraron que se trata de una estrategia que “no es la más adecuada, pues está más encaminada a favorecer a la educación privada que a la pública”.
La secretaria de Educación Pública, Josefina Vázquez Mota, afirmó que es el momento de encontrar soluciones a la falta de financiamiento que den certeza y estabilidad de largo plazo al sistema educativo nacional. Entre esas posibles soluciones estaría la creación de una banca con “créditos preferenciales” para universidades privadas —una propuesta de Aguascalientes—, así como ofrecer créditos a jóvenes que desean ingresar a la educación superior. Aseveró que el gobierno federal no tiene la intención de privatizar la educación, también reiteró que existe un desafío sobre el financiamiento y ha llegado el momento de “abrir el debate”.
Rectores de universidades particulares calificaron de “positiva” la propuesta de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para otorgar créditos educativos a estudiantes que no puedan acceder a la formación universitaria por falta de recursos, y rechazaron que se trate de un mecanismo con el que se busque “privatizar la educación superior que se imparte en el país”.
Poco después:
En respuesta a la polémica generada, Josefina Vázquez Mota, declara que el esquema aún puede modificarse ya que “no está resuelto del todo” y, de hecho, convocó a “dialogar” a quienes han cuestionado este modelo.
El dilema radica en: financiar a instituciones o dar créditos directos a los jóvenes.
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