Desde hace 100 años existen pocos científicos en el país. Uno de los sueños del dictador Porfirio Díaz era traer el desarrollo científico y tecnológico de Europa al territorio mexicano. 100 años después las cosas siguen... igual:
Es preocupante que no tengamos segura una nueva generación de físicos que tomen la estafeta de la tradición en investigación en el país, debido a la escasez de personas con doctorados y las dificultades para que, aquellos con una plaza, realicen su labor, señaló en entrevista Rosaura Ruiz, presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), en el marco de la 40 Olimpiada Internacional de Física (IPhO40) en Mérida, Yucatán.
“Esta sería una de las consecuencias de no haber invertido los recursos suficientes en educación superior e investigación científica”, añadió.
El discurso oficial sigue siendo el mismo:
La Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados presentará un punto de acuerdo ante la Permanente del Congreso de la Unión, con objeto de obligar al Legislativo a declarar el presupuesto educativo como inversión social protegida. El punto, de obvia y urgente resolución, determina que la Cámara de Diputados declare el financiamiento para las tareas educativas como inversión socialmente protegida, en términos de los acuerdos de la Conferencia Mundial para la Educación Superior de la UNESCO, al reconocer a la enseñanza “como un bien social y un derecho humano, y que se garantice que el presupuesto para el año 2010 sea suficiente para cumplir las necesidades en cobertura, calidad y equidad del servicio para todos los mexicanos”.
Sin embargo, año con año, los científicos huyen y se refugian en los países desarrollados por la falta de apoyo y financiamiento. La industria mexicana sigue el modelo del siglo XX, no contrata científicos egresados de universidades públicas por "revoltosos" e importa conocimiento:
Debido a la falta de oportunidades y desarrollo, cada año unos cinco mil profesionistas altamente calificados que se preparan en el extranjero no regresan a México, aseguró Heriberta Castaños Lomnitz, del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México. La especialista señaló que alrededor de 200 mil científicos mexicanos trabajan en Canadá, Francia, Argentina, Estados Unidos, Chile, España y Gran Bretaña, donde han encontrado mejor nivel de vida y mayores oportunidades de desarrollo. Asimismo, Castaños aseveró que algunas razones por las que algunos especialistas se fugan es que el sector privado no contrata egresados de universidades públicas por considerarlos conflictivos, por las escasas oportunidades en áreas laborales relacionadas con la investigación –la planta científica del país está compuesta por personal de edades mayores– y porque no hay plazas para los nuevos cuadros.
Estos científicos "revoltosos" son bien aceptados en los Estados Unidos y Europa. A las potencias científicas y tecnológicas no les importa trabajar con cerebros. En cambio en el territorio sálvesequienpueda lo que se requiere son brazos y piernas que no tengan cerebro alguno:
Joseph Taylor, que ganó en 1993 el premio Nobel de Física por su teoría sobre los pulsares binarios, reconoció mejorías en la calidad de los físicos en México y, tras asegurar que se requieren “mayores estímulos para destacar en las ciencias”, dijo que la fuga de cerebros es prueba del nivel que han alcanzado los científicos mexicanos. Aceptó que para destacar en las ciencias no se necesitan grandes presupuestos ni recursos económicos, pero sí es indispensable tener docentes bien preparados para conducir a las nuevas generaciones hacia logros destacados. Pese a las diferencias académicas entre países como los de Europa y Asia, indicó que México tiene enorme potencial y un ejemplo claro de esto es la llamada “fuga de cerebros”, a la que lejos de ver como problema grave para la ciencia de este país, consideró que la dignifica pues el nivel de desempeño de los científicos mexicanos hace posible que sean requeridos en otros países.
La ciencia contribuye a resolver algunos de los graves problemas que tiene la especie humana, por ejemplo, la alimentación. Sin embargo, estas ideas no se apoyan en el territorio mexicano. No faltará una empresa de los EU que comience a comercializar la super tortilla:
Investigadores de la UNAM desarrollaron una tortilla de maíz y frijol, que además de tener calcio y vitaminas, aumenta sus cantidades de aminoácidos —lisina y triptófano— sin alterar sabor y textura, con lo cual será un alimento completo y que satisface los estándares nutricionales que establece la FAO. El especialista de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, Abraham Méndez Albores, señaló que el maíz es pobre en aminoácidos y durante el proceso de nixtamalización pierde entre 20 y 50 por ciento de estos nutrientes, por lo que con el proceso buscamos elevar los niveles de lisina en 80% y triptófano en 90%.
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