Como no debe sorprendernos, llegó la crisis (que en realidad nunca se ha ido) y se llevará (de nuevo) a las universidades y a los universitarios:
El rector general de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), José Lema Labadie, afirmó que “interrumpir” la inversión a las instituciones públicas del país representaría una “pérdida acumulada de saberes e investigaciones”, y señaló que tras vivir un periodo de “mejoría” en las finanzas universitarias, una reducción de los recursos públicos “sería como si no se hubiera invertido nada en los pasados tres años”.
El rector de la Universidad Iberoamericana (Uia), José Morales Orozco, reconoció que ante la crisis económica que afecta al país, se ha reducido, en al menos 10 por ciento, el número de aspirantes a ingresar a esta casa de estudios en el próximo ciclo escolar, aunque enfatizó que “aún no hemos perdido alumnos por problemas económicos”. Indicó que la reducción de aspirantes, y de quienes finalmente concluyen el proceso de inscripción, son “situaciones cíclicas. En 1994 nos afectó la crisis económica, y ahora lo que queremos es dar prioridad tanto a la retención de estudiantes, como a aquellos que quieran ingresar, para que no dejen de hacerlo por problemas económicos”.
La crisis económica ya tuvo impacto al reducir el crecimiento de las universidades particulares. En el último ciclo escolar, el aumento de su matrícula fue tan sólo de 35 mil alumnos, el índice más bajo en los últimos años, mientras que, en este escenario, se advierte una posible “desaceleración de la demanda” en las instituciones de carácter público, expresó el subsecretario de Educación Superior, Rodolfo Tuirán. El funcionario advirtió que en el corto plazo podría registrarse el siguiente panorama: el desplazamiento de los estudiantes de las universidades particulares de elite a las de costo intermedio o bajo, así como la transferencia de alumnos de las escuelas de paga a las públicas, o bien, una deserción estudiantil de los centros privados “sin buscar ingreso en las públicas”.
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